Imagen de archivo de la entrada principal del Hospital-Residencia de Cas Serres.

Los trabajadores del Hospital Residencia Asistida de Cas Serres denunciaron ayer su situación actual, con una grave falta de personal en cada departamento del centro, desde sanitarios a celadores. Tal como temían a comienzos de verano, muchos de los compañeros se han marchado a residencias dependientes del Govern al percibir el nuevo complemento económico aprobado por el Ejecutivo balear.
«Es increíble lo que sucede, aunque nos obligan a sacar el trabajo sí o sí provocando sobre nosotros una carga de trabajo excesiva que, para nada, es algo puntual. Llevamos años así y hemos llegado a una situación con la nueva dirección que ya no podemos soportar. Trabajamos bajo mínimos», comentó a este rotativo un trabajador que lleva en Cas Serres cerca de dos décadas.
«Tampoco se han dado las plazas por estabilización. Nos da la sensación de que no se quiere arreglar nada», insistió esta persona.

Muchos internos, según añadieron desde Cas Serres, presentan un delicado estado de salud, por lo que necesitan de una mayor atención. «Muchos están en cama y no pueden quejarse», lamentaron.
Cabe recordar que la pasada semana, familiares de usuarios de Cas Serres denunciaron a través de las redes sociales la calidad de la cena que en la fiesta del 8 de Agosto habían degustado los internos: «un plato de puré de pescado de bote que ni siquiera llega a la mitad del plato». Tras pedir explicaciones a los responsables del centro, estos familiares destacaron que la respuesta es que no había personal en la cocina y que estaban trabajando bajo mínimos.

Desde el Consell d´Eivissa reconocieron que se trataba de «una situación sobrevenida» al registrarse dos bajas por paternidad en la cocina, un hecho que, en ningún caso, es inesperado, según consideraron ayer los trabajadores, quienes también desmintieron a los responsables del centro asegurando que la calidad de las comidas deja mucho que desear de manera habitual.
Sobre las denuncias del personal del hospital residencia, el Consell anunció ayer que el próximo mes se iniciará una auditoría para conocer al detalle la situación real de Cas Serres a todos los niveles, tanto en relación al personal como al mantenimiento del centro.

La institución insistió en que la auditoría busca realizar una radiografía real «para ofrecer y garantizar el mejor servicio a los usuarios», descubriendo por qué existe esta problemática denunciada por el personal cuando Cas Serres se encuentra en su nivel máximo de contratación, con
20 trabajadores más en relación a 2019, mientras que el número de usuarios ha descendido hasta los 96. Actualmente, se cuenta con una plantilla fija estructural de 147 trabajadores en activo, de los cuales 19 se encuentran de baja. También se cuenta con otros 35 profesionales temporales.
El Consell puntualizó también que la plantilla tiene movilidad por jubilaciones o incapacidades temporales que se están sustituyendo, pero existe la problemática de no encontrar un adecuado perfil de trabajador, lo que hace que las contrataciones sean difíciles de realizar de manera rápida.

También aseguró que el Departamento de Recursos Humanos está pendiente «en todo momento» sobre la situación laboral y de servicio que se brinda en el hospital residencia. El Consell añadió que el año pasado las contrataciones extraordinarias en el centro costaron a la institución 5 millones de euros extras «y este año ya vamos por los 3 millones de euros, lo que demuestra que las sustituciones se están realizando, aunque se están viendo retrasadas por la dificultad de encontrar personal sanitario o por situaciones sobrevenidas».

La institución insular reiteró que da cumplimiento al acuerdo alcanzado el pasado mes de julio, con mejoras salariales y el compromiso de cobertura de todas las sustituciones. También recordó que está en proceso la puesta en marcha de bolsas abiertas, un mecanismo más para agilizar las contrataciones de personal.