Vertido fecal en el puerto de Ibiza. | Alejandro Mellon

El Ayuntamiento de Eivissa continúa buscando al responsable del vertido que desde el martes ha teñido de marrón las aguas del puerto deportivo Marina Ibiza. «En cuanto nos alertaron el martes por la tarde de un posible vertido de fecales en el torrente de sa Llavanera, nos pusimos en contacto con Abaqua para ver si tenían alguna incidencia y nos indicaron que no, que no estaban vertiendo al torrente», señaló el concejal de Medio Ambiente de Vila, Jordi Grivé.

De forma paralela, el consistorio ha revisado su red de alcantarillado y pluviales «para ver si había algún atasco que provocara este vertido y tampoco se detectó nada fuera de lo normal», añadió Grivé.
En este sentido, Vila no descarta que el causante haya sido un vertido de freáticos procedente de una promoción inmobiliaria cercana, que en principio no debería de suponer el vertido de fecales, por lo que se sigue investigando.

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Las quejas
Lejos de ser un hecho aislado, estos episodios ya se han vuelto recurrentes para los vecinos y trabajadores de la zona que ven como este hecho se repite año tras año. «Es horrible el olor que desprende esto. Cuando llueve fuerte, rezamos para que no ocurra», señaló Cristina, una vecina del Paseo Marítimo. Pese a que en esta ocasión todavía se desconoce el origen de los vertidos, en las últimas ocasiones se han producido debido a los continuos desbordamientos de la depuradora. «Ya a finales de abril pasó esto. Esta vez ha ocurrido sin llover, normalmente ocurre con la lluvia, lo que es extraño. Y es muy probable que durante el verano ocurra otra vez, porque el año pasado ocurrió lo mismo», señaló Miguel, un trabajador de la zona.

Obviamente, esta situación afecta a trabajadores como Miguel, especialmente los que se dedican a los chárters. «Es terrible. Ahora ya está mucho mejor, pero estos días atrás estaba marrón y huele fatal», continua el joven, que explica que en esta zona la mayoría de embarcaciones son de chárter. «No es agradable para el cliente, especialmente porque hay muchos trámites de papeleo que tienen que hacerse a bordo y te tiras media hora aquí aguantando el olor. Algunos se empiezan a molestar y se quejan del olor. Es incómodo», puntualizó. Otro de los trabajadores, Philip, opina lo mismo sobre un hecho cada vez más recurrente en esta zona. «El olor tira para atrás. Se hace insoportable ese día», manifestó.