La paciente con cáncer de cérvix Liz Suárez tiene claro que entre la sociedad sigue existiendo mucho desconocimiento sobre este tipo de tumor porque la infección por el virus del papiloma humano (VPH), que puede ser la causa de este cáncer de cuello uterino, entre otros, continúa siendo un «tabú sexual».
«No se habla mucho de esta infección y cualquier persona la puede padecer. Es más, el 90 % de la población la ha tenido», señala esta usuaria. En este sentido, explica que hay más de 150 cepas de VPH, pero la mayoría de las infecciones no causan síntomas ni problemas de salud. Sin embargo, algunos tipos de VPH causan cáncer o crecimientos anormales que pueden convertirse en cáncer.
«Las personas sólo piensan en que esta enfermedad es de transmisión sexual, pero no es así. Mucha gente ha sido precavida y se ha cuidado, pero ha terminado desarrollando células precancerosas debido a esta infección viral persistente», apunta. En esta misma línea, insiste en el gran desconocimiento que existe en la población con respecto a este tumor. Esto, según Liz, supone una gran barrera para que la gente se realice más citologías y participe en los programas de cribado. Sin ir más lejos, señala que, debido a esta desinformación, han llegado a preguntarle si este cáncer era de hueso. «Falta mucho conocimiento sobre nuestro cuerpo. De esta enfermedad no se habla apenas y también es un cáncer ginecológico como lo es el cáncer de mama.
«Afortunadamente ahora hay más programas y campañas de prevención que antes. Cuando yo era joven no existía la vacunación contra el VPH y podías tener una infección por el virus del papiloma humano durante años sin saberlo, ya que este virus puede llegar a tardar diez años en manifestarse a través de hemorragias o mediante otros síntomas»», señala esta mujer. En este sentido, también destaca el aumento de los diferentes tratamientos innovadores que han desarrollado para luchar contra este tumor.
Procedimientos como la radioterapia o la inmunoterapia que Liz ha recibido en Ibiza y que, gracias a ellos, consiguió erradicar las células cancerosas de su cuerpo. «Quiero agradecer a todo el equipo de Oncología el trato impresionante que me han dado durante este tiempo, especialmente a las chicas del Hospital de Día que siempre nos atendían con una sonrisa. También a la Asociación Pitiusa de Ayuda a Afectados de Cáncer (Apaac), de la que fui voluntaria, por todo su apoyo», subraya esta mujer.
Finaliza mostrando su agradecimiento a su círculo más cercano en Ibiza: «Aquí estoy sola. Mi familia está en Uruguay, pero me he sentido muy apoyada por la gente que me rodea», señala Liz complacida.
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