Intercambio de aventuras, juegos y sonrisas entre el Sáhara e Ibiza
Tras dos años de parón, seis niños de los campos de refugiados de Tinduf, han pasado un mes de vacaciones en la isla gracias al programa ‘Vacances en pau'
Los pequeños en el Consell antes de poner rumbo a la playa de Cala Sant Vicent. | Arguiñe Escandón
Kaltum, Malica, Nayat Gali, Sukeina, Mariam y Ahmed son cinco niñas y un niño saharauis que han vivido un mes de vacaciones en Ibiza que seguramente ninguno olvidará. Tienen entre 8 y 9 años, han nacido en el 2014, y como les delatan sus sonrisas y sus miradas de complicidad, tendrán para siempre grabado el mar de la isla, las piscinas, las zonas verdes, las comidas y todo lo que han descubierto y jugado con sus nuevos compañeros de aventuras gracias al programa Vacances en Pau que ha regresado después de dos años de parón obligado por el coronavirus.
No hablan mucho castellano pero esto no ha sido una barrera para descubrir un mundo nuevo en su primera visita a España. «Es cierto que ellos se adaptan muy rápido pero nada sería posible sin el esfuerzo increíble que hacen las familias de acogida, quienes les ayudan muchísimo, están muy pendientes de ellos y son conscientes de donde vienen y de la situación que tienen en sus lugares de procedencia», aseguró este viernes Ehmudi Lebsir, delegado del Frente Polisario para las Islas Baleares.
En Ibiza la mayoría de ellos han podido disfrutar con escuelas de verano – cuyos gastos y gestiones las hace la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui – y con infinidad de juegos y actividades organizados directamente para ellos.
Sin ir más lejos, este viernes durante todo el día y tras ser recibidos por el presidente del Consell de Ibiza, Vicent Marí, han viajado hasta la playa de Cala Sant Vicent y después hasta el restaurante Ca La Calma donde vivieron un día de lo más completo gracias a todo lo que les había preparado su dueño, Jesús Cardona Roig.
Junto a sus amigos ibicencos disfrutaron de un menú pensado especialmente para ellos con pechuga de pollo o spaguettis y distintos juegos y regalos. No en vano, y según ha explicado este viernes el propio Cardona Roig, él mismo tiene una amplia relación con el Sáhara que viene de cuando se alistó con 19 años como legionario voluntario y pasó desde enero de 1974 a enero de 1976 en el IV Tercio Sahariano Alejandro Fernesio en Villa Cisneros defendiendo este territorio contra los marroquíes en cuatro de los 30 combates que hubo.
Una experiencia que le marcó tanto que, además de ayudar siempre que puede a la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui, le ha llevado a contratar para su propio restaurante a Sid Hamed Hasana, «un joven que al igual que Kaltum, Malica, Nayat Gali, Sukeina, Mariam y Ahmed nunca ha visto su país libre ya que nació y se crió en los campos de refugiados de Tinduf».
«Una experiencia preciosa»
Durante este año, una de las voluntarias es Belén Torres, quien decidió apuntarse por primera vez este 2022 al programa y que durante todo este mes se ha hecho cargo de la pequeña Nayat Gali en una experiencia que calificó de «muy enriquecedora».
En su caso, lo hizo «porque me encanta ayudar en mi día a día como trabajadora social», y tras pasar por las distintas valoraciones por parte de la asociación y unos dos meses de gestiones, el resto ha sido todo un descubrimiento a pesar de que tenía ciertos miedos. «Al principio no sabes si vas a ser capaz pero luego todo es precioso porque acabas hablando con el idioma del corazón, porque he descubierto una niña que está siempre dispuesta a colaborar y echar una mano en todas las tareas y a una familia en su lugar de origen muy implicada con ella, siendo capaces de hablar cada día con la pequeña durante largos períodos de tiempo».
Además, Torres aseguró que la experiencia también ha sido muy bonita para su hija de cuatro años y medio. «Ahora mismo están como si fueran hermanas y tras un pequeño proceso lógico de pequeños celos ahora se quieren mucho, juegan y se ayudan entre ellas lo que les viene muy bien para que cada una aprenda de la otra en un proceso que es precioso y muy beneficioso para todos».
«España siempre ha ayudado»
Según explicó Ehmudi Lebsir, delegado del Frente Polisario para las Islas Baleares, este año han llegado hasta las islas 45 pequeños de los campos de refugiados saharauis gracias a las gestiones que lleva a cabo la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de Baleares que en 2022 está cumpliendo 35 años en el archipiélago.
En este sentido, recordó que el único requisito para los niños es que hayan nacido en el año 2014 y que por ello, «prácticamente todos los que tienen entre 8 y 9 años han podido viajar a distintas partes de España durante este verano».
Algo que según Lebsir es tremendamente positivo tanto para ellos como para las familias que acogen. «A pesar de que el pueblo saharaui va a afrontar su quinta década en el exilio con todas las limitaciones que eso supone y que aún así la vida allí es bastante digna, estando garantizados los servicios básicos como la salud y educación en sus escuelas, hay que tener en cuenta que todo lo que viven en España es completamente diferente a su día a día, lo que al final está comprobado que les ayudará en un futuro».
No en vano, el delegado del Frente Polisario recordó que este programa de Vacances en Pau tiene como fin «profundizar en los lazos que existen entre la nación española y el pueblo saharaui desde hace más de un siglo y que siempre se ha mostrado vigente gracias al compromiso y respeto que siempre ha mostrado la sociedad española con todos nosotros».
Por ello, Lebsir, aprovechó para lanzar un mensaje en el que mostró su preocupación por la situación en la que quedará su país después de las últimas decisiones del gobierno de Pedro Sánchez. «Durante todo este tiempo la sociedad española siempre ha estado a nuestro lado, convencida de que el pueblo saharaui merece de una vez por todas decidir su propio destino y vivir en un país libre e independiente, y por eso ahora lamentamos profundamente este cambio de postura que aleja a España de su responsabilidad histórica con el Sáhara».
Tras dos años de parón, seis niños de los campos de refugiados de Tinduf, han pasado un mes de vacaciones en la isla gracias al programa ‘Vacances en pau’.
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