Desalojan la casa okupa de Sant Mateu, en Ibiza. | Toni P.

Durante la mañana de ayer se procedió al desalojo de la casa de campo de Can Miquel d'en Pareta, en Sant Mateu, de una pareja que se encontraba habitándola de manera irregular. En una operación dirigida por el jefe de la Policía Local de Sant Antoni, Alejandro Ponce, y apoyada por agentes de la Guardia Civil, un total de 11 agentes procedieron a la entrada a la vivienda a las 10.30 horas para preceder al desalojo de la misma.

Los dos habitantes de la casa ‘okupa', una pareja que aseguraba tener dos hijos, no ofrecieron ningún tipo de resistencia ante las autoridades que se desplazaron hasta la vivienda.

Los ocupantes de la casa saliendo de la vivienda tras el desalojo.

La casa, propiedad del Ayuntamiento de Sant Antoni tras recibirla como herencia por parte de un vecino, fue usurpada de manera ilegal en marzo de 2021. El pleno de Sant Antoni aprobó el pasado mes de febrero el proceso de recuperación administrativa de la casa okupada que se produjo durante la mañana de ayer. El pasado mes de marzo el Ayuntamiento de Sant Antoni inició el expediente de ejecución forzosa mediante una notificación en la que daba un plazo de 24 horas para desalojar la casa a sus abitantes. La Policía Local pudo comprobar, dos días más tarde, que los ocupantes no habían abandonado la vivienda, iniciando entonces el procedimiento de ejecución forzosa y apercibimiento.

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Peleas de gallos y fiestas

La vivienda okupada había sido objeto de varias denuncias por realizar fiestas ilegales y peleas de gallos, además de causar constantes molestias vecinales.

Esta vivienda es una de las que se ha demostrado, con el informe del detective privado del Consell d'Eivissa, que había indicios claros del ejercicio de una fiesta ilegal con cobro de entradas durante el pasado verano, incumpliendo la Ley de Actividades, en base a la cual se ha propuesto una sanción de 30.000 euros.

Tras el desalojo se procedió de inmediato a la instalación de una alarma así como del cambio de cerraduras y tapiado de las ventanas que no tenían rejas. Además, ha acudido Can Dog para la recogida de un perro que estaba en la vivienda, varios gatos con sus camadas y gallinas.

«Okupar otra casa»

Molesto, y contra el criterio de su pareja, el okupa recién desalojado, Juan Bautista Moreno, anunciaba sin miramientos sus intenciones tras su desalojo: «Ahora tendremos que okupar otra casa». Sin embargo, negaba ser okupa: «Yo vine con un contrato. Me estafaron: un chico que resultó no ser el propietario de la casa me hizo un contrato por 1.200 euros al mes. Le pagué seis meses al contado». Con dos hijos, uno de tres y otra de seis, que no se encontraban en la vivienda, Juan Bautista declaraba que «esta noche [por ayer por la noche] dormiremos con familiares y mañana a primera hora buscaremos otro lugar para okupar», concluyó.