Hasta el sol que estos últimos días se había resistido a salir se animó este sábado a visitar las instalaciones del Ibiza Club de Campo para disfrutar de una jornada solidaria a beneficio de la Fundación Conciencia.
No fue el único. La sociedad ibicenca volvió a responder acudiendo con sus pequeños a disfrutar con los talleres y los puestos, que tenían como fin recaudar fondos para seguir ayudando a esta asociación sin ánimo de lucro que busca ayudar a niños y niñas que sufren maltratos, agresiones sexuales o explotación.
Una ayuda que es más necesaria que nunca, según explicó este sábado por la mañana a Periódico de Ibiza y Formentera la presidenta de la fundación, Marisina Marí. «Nos estamos encontrando con que cada vez salen a la luz más casos, porque se va perdiendo el miedo a denunciar al ver muchos afectados que hay un sitio donde se les escuche, se les entienda o donde encontrar soluciones». En este sentido, Marí aseguró que ahora la lucha es «que las administraciones y las instituciones realmente cumplan los protocolos y los procesos necesarios cuando una familia o un usuario acude a la fundación».
En total, actualmente atienden a unos 100 usuarios. Sin embargo, la presidenta de Fundación Conciencia dejó claro que no todos son fijos porque «la mayoría de los casos no se cierran nunca» y acuden en distintas etapas de su vida «cuando vuelven a recordar los traumas en edad adulta, a los 24 o 25 años, cuando una mujer tiene un bebé o cuando empiezan una relación amorosa».
Jornada festiva
La jornada festiva fue posible gracias a la colaboración desinteresada de numerosas empresas de la isla.
Ibiza Club de Campo cedió sus instalaciones, pero, además, Catiana Fuster, directora del centro infantil Corrillos y también del Eivikids, se volcó para organizar talleres. Al precio de 10 euros para todo el día los chicos pudieron pasar por cuatro fijos en los que aprendían a realizar flores de primavera, jardines personalizados, abanicos y un árbol de la vida, y por otro rotatorio en el que, por la mañana, la joven maga Victoria Bellido, de apenas 10 años, dejó con la boca abierta a todos los presentes con sus trucos y números con pañuelos y figuras geométricas.
También resultaron un éxito los cinco puestos. En uno se podía comprar el libro infantil Moshi, escrito por Meritxel Rius Moncusí e ilustrado por Paquita Ribas, y en otros productos de cosmética y decoración como jabones elaborados con cerveza, fresa, azahar o gonella, velas perfumadas y sales minerales de todo tipo, y ropa cedida por Pacha y de segunda mano al precio inicial de donativo de cinco euros ,y juguetes para todas las edades.
De todos destacaba el puesto de muñecas totalmente artesanales de la marca Kom, impulsada por Jazmín Petinto y Marta Torres. En él se pueden encontrar muñecas para distintas edades, desde bebés a dos años o más mayores, con la particularidad y la originalidad de haber sido elaboradas con la lana de las ovejas que ellas mismas tienen en su casa. Una iniciativa muy original ideal y solidaria para regalar que se puede comprar a través de instagram (@komartesanal).
Comida para todos
Por último, no podía faltar la comida para todos los gustos, edades, paladares y sensibilidades.
Desde primera hora de la mañana el Ibiza Club de Campo se llenó de olores gracias a los crepes, helados frappé, postres, algodón de azúcar o brochetas de fruta con chocolate. Después, según fue avanzando la jornada, fue el turno de las hamburguesas, los montaditos y los pinchos que se prepararon en el bar. Y como colofón, al mediodía una gran paella para 300 personas.
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