Los sectores que trabajan a pie de carretera, transportistas, camioneros o taxistas, están sufriendo de manera especial la escalada que está experimentando el precio de la gasolina y del gasoil.
Entre las quejas clásicas de los taxistas de Vila, la preocupación en torno al precio del combustible se ha convertido en uno más de «los palos en las ruedas» con los que se encuentran estos profesionales de la carretera.
Mariano Torres lleva nueve años en el taxi. Sobre la subida del combustible opina que supone «una dificultad más» a su sector. Este propietario de licencia ya se muestra resignado: «Ganaremos menos, si antes empatábamos ahora perderemos. Lo que está claro es que incidirá negativamente en nuestros resultados. Ya hace tiempo que están subiendo todos los costes fijos, en nueve años han subido un 60%».
Tampoco desborda optimismo ante las previsiones de la próxima temporada. «Tal como están las cosas nunca se sabe», para afrontar el reto de «tener mucho volumen de trabajo para poder neutralizar la subida de costes».
Más gastos, mismas tarifas
Cristina Granados también está en la parada de taxis y pone el foco en que «no solo la gasolina, han subido los gastos de la gestoría, los impuestos, los recambios. Si es que llegan, que ahora ni eso». Granados lleva subida al taxi desde 2015 y se queja de que, pese a las subidas de los costes en estos años, «desde que trabajo las tarifas no se han movido».
En este sentido Vicent, que lleva más de 20 años al volante, denuncia que «las tarifas llevan sin moverse desde hace cerca de una década». Patricia Moreno es asalariada y llega a empatizar con su jefe respecto al aumento de los gastos, «si es que, aunque no me ha bajado el sueldo, lo llegaría a comprender». Cuenta que llenó el depósito ayer mismo y que se gastó «más de cien euros» y que «ahora duran cuatro días, pero en verano cada día cae un depósito, como mínimo».
Alicia Lugilde asegura que «antes, llenar el depósito suponía un 10% de la caja, ahora es el doble». Además explica que ha cambiado su manera de conducir, para hacer un gasto más eficiente de combustible, de manera que «he pasado de consumir 8,5 a 7,2 litros cada cien kilómetros». Marco Escandell se incorporaba ayer al volante del taxi, y reconoce que «por el momento no sabría decir, pero me preocupan las ganancias».
Transporte y reparto
Otro sector profesional de la carretera que está sufriendo en primera línea la subida de precios de carburante es el de los camioneros y repartidores. Ese es el caso de Miguel Fernández, que trabaja con su furgoneta repartiendo agua. Asegura que el gasto en combustible «me ha aumentado un 30 %». Sin embargo explica que «estamos intentando que los clientes no soporten todas las subidas de los gastos que estamos sufriendo, pero va a ser difícil soportarlo».
Javier Mayor es camionero, conduce un trailer desde Granada hasta Ibiza. «Llevo doce años conduciendo el trailer y estos son los kilómetros más caros de mi carrera». «Todo sube y es normal, es una cadena que al final repercute en el producto final» . Mayor asegura que cada viaje le suponen 500 litros de gasolina. Su colega de profesión, Jaime Barceló, asegura que son 300 los litros que consume su camión para transportar coches. Roberto señala que son 100 los litros que consume su camión a la semana. Barceló coincide con Enrique Buedo y con José Luis Mir esperando el barco para viajar a la península con sus camiones y todos apuntan también al encarecimiento del transporte marítimo, que están seguros de que se trata de un elemento más «que acabará por encarecerlo todo».
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