El contenido íntrego del manifiesto del 8M leído este martes en Ibiza es el siguiente:
Por fin este año hemos podido recuperar esta manifestación como celebración de esta jornada de reivindicación que es el 8 de marzo. Estos dos años, a pesar de las medidas sanitarias, hemos estado inventando fórmulas para seguir alzando la voz contra las injusticias, para identificar y denunciar las desigualdades y para reclamar derechos y oportunidades, pero nada iguala la sensación de tomar las calles en nombre del feminismo y sus reivindicaciones, así que nos alegramos de estar de nuevo aquí y comprobar que la llama violeta sigue más viva que nunca. La pandemia no ha acabado con nuestras ganas de cambiarlo todo, de mejorarlo todo. No faltan motivos,especialmente estos dos últimos años en los que, debido a la crisis sanitaria y las medidas adoptadas, ha aumentado la carga de trabajo de cuidados de las mujeres, se ha vuelto más difícil la denuncia de las violencias machistas, se ha ahondado en todas las brechas sociales y se ha precarizado, aún más si cabe, las vidas de las personas más vulnerables.
Es por eso que desde el movimiento feminista seguimos reclamando igualdad de derechos y oportunidades y de justicia ante el deterioro de las condiciones personales,laborales, sociales y económicas de las mujeres en todo el mundo; un mundo que debería permitirnos lograr unas condiciones dignas de vida para todas las personas, respetando nuestro planeta y siendo conscientes de que los recursos que la naturaleza nos ofrece son limitados. Reclamando también la igualdad de derechos, de oportunidades y de compensaciones económicas en las competiciones deportivas, entre equipos femeninos y masculinos.
El feminismo, entre otras cosas, propone situar los cuidados en el centro de la vida, ya que no sólo es importante para el desarrollo diario de la vida sino que es fundamental para la sostenibilidad de la misma. Para ello es fundamental prestigiar todos los trabajos,públicos y privados, remunerados o no, que tienen que ver con los cuidados y que han sido históricamente feminizados, ya que sin ese prestigio y relevancia social se torna difícil aumentar la corresponsabilidad de los hombres, condición necesaria y urgente para alcanzar un nuevo modelo social justo, sostenible e igualitario. Además, en los países del primer mundo, muchas de esas tareas de cuidado acaban recayendo en mujeres migrantes en condiciones de explotación y falta de derechos elementales. Este reconocimiento social y laboral se tiene que traducir en un reconocimiento económico y de derechos laborales, tarea pendiente y necesaria para conseguir una sociedad con más justicia y dignidad.
Defender los cuidados como eje fundamental de la vida es incompatible con un sistema capitalista salvaje, con un modelo económico depredador y extractivista como el actual que no ha dudado en imponer sus intereses, sin tener en cuenta las agresiones del entorno que hace posible la vida, ni tampoco las necesidades de las personas. Un sistema que en nombre del crecimiento y el progreso no duda en explotar hasta la extenuación los recursos naturales y humanos, al extremo de llevarlos a una emergencia climática sólo para llenar los bolsillos de unos pocos a costa de la vida y el bienestar de la mayoría. El feminismo, con sus aportaciones, promueve acercarse a una sociedad más justa poniendo en el centro de la política la vida digna y la defensa de la tierra, por nosotras y por las generaciones futuras.
Defender los cuidados es incompatible, sin duda, con las guerras así que desde aquí manifestamos nuestro más hondo rechazo a la invasión militar de Ucrania por parte de Rusia. La experiencia nos dice que en los conflictos armados las mujeres y niñas suelen convertirse en botines de guerra, pierden derechos y oportunidades, las violaciones son un recurso más en el juego sucio del combate, o son foco de los proxenetas que acuden a zonas bélicas a captar mujeres y niñas aprovechando su situación de vulnerabilidad extrema. Además las personas más vulnerables sufren con más profundidad y durante más tiempo las heridas que dejan los conflictos armados. El feminismo es un movimiento pacífico que aboga por el fin de las violencias por eso manifestamos desde desde aquí nuestro grito unánime ¡NO A LA GUERRA! Ni en Ucrania, ni en Afganistán, ni en Yemen, ni en Etiopía, ni en Siria , ni en Palestina, ni en ningún lugar del mundo.
Defender los cuidados es incompatible con la falta de libertad por eso exigimos la derogación de las leyes que recortan las libertades, como la Ley de Extranjería que criminaliza a las personas migradas y dificulta el reconocimiento del estatus de refugiadas: son muchas las mujeres que en todo el mundo están desafiando el poder patriarcal y están luchando por una sociedad feminista sin que se les apoye suficiente desde otros países, como el nuestro. Muchas mujeres migran por motivos económicos pero también muchas huyen de la falta de derechos y libertades, huyen de la persecución política en países con enfrentamientos armados o represión política fuerte; o son víctimas de violencia de género o agresiones sexuales o pueden serlo si permanecen en ese lugar;sufren matrimonios forzados o por venta; mutilaciones genitales; los divorcios, o incluso la viudedad en países de fuerte control de las mujeres por parte de los hombres y de los estamentos religiosos pueden ser motivo de huida; son mujeres que en sus ciudades o pueblos ya tienen algún estigma porque han sido transgresoras, como son las mujeres solteras con hijos, o declaradas adúlteras u homosexuales o transexuales, o que cuestionan las normas sociales machistas, muchas de ellas son víctimas de trata y explotación sexual, o bien se ven evocadas a la prostitución una vez llegan a nuestro país por la falta de oportunidades. Podrían ser refugiadas por motivo de género. Nos admira su coraje y hacemos nuestras las luchas por los derechos de las mujeres en cualquier parte del mundo, las que se juegan la vida por defender su tierra, su derecho a estudiar o a conducir, su derecho a amar a quien quieran o a vestirse como deseen, porque nuestras realidades son distintas pero nuestro deseo de un mundo justo es el mismo.
Defender los cuidados es incompatible con la perpetuación de las violencias machistas. La crisis de la COVID-19 no solo ha contribuido a aumentar la violencia machista, también ha acentuado las desigualdades de género y puesto en evidencia la clara desventaja de mujeres y niñas. Un día como hoy no podemos dejar de hablar de la violencia de género yde otras violencias machistas. Hace unos días conocíamos los datos que facilitaba la Oficina de la Mujer de Ibiza que atendió en 2021 un total de 549 casos en el programa de atención y tratamiento a víctimas de violencia de género, lo que supone un aumento de 75casos con respecto al año 2020, donde se atendieron 474 casos. De los 549 casos atendidos, menos de la mitad, denunciaron el maltrato. De estos casos 285 fueron víctimas de maltrato psicofísico, 134 de maltrato psicofísico y sexual, 21 de agresiones sexuales, tres de tráfico de mujeres y tres de acoso. A estos datos debemos sumar todas aquellas mujeres que no han encontrado la manera aún de pedir ayuda o abandonar a su agresor. A pesar de los esfuerzos de algunos en negar la evidencia los datos hablan por sí solos, la violencia de género existe, las violencia machistas son múltiples y cualquier manifestación de violencia es un obstáculo que compromete seriamente la plena igualdad entre hombres y mujeres. Reclamamos recursos, educación y justicia feminista para luchar contras las violencias machistas.¡Nos queremos vivas,libres y felices!
Defender los cuidados es incompatible con la resignación y la apatía en la lucha por mejorar las condiciones laborales. No podemos obviar que esta crisis ha afectado más alas mujeres. Somos las que más empleo han perdido, numerosas autónomas han visto frustradas sus expectativas de negocio y las trabajadoras han sufrido más ERTES. Las mujeres han tenido que multiplicarse durante este tiempo para atender a familiares ypersonas dependientes, el trabajo profesional y las tareas del hogar, a costa de su carrera laboral y de su bienestar. La pandemia ha agravado diferencias que ya existían previamente, como una mayor tasa de paro en mujeres que en hombres, o una mayor pobreza y precariedad laboral en mujeres, o el mantenimiento de la brecha salarial, de las prestaciones, y de las pensiones y en especial las de viudedad. Además hay colectivos especialmente vulnerabilizados en cuanto a derechos laborales: mujeres migradas,mujeres racializadas, mujeres rurales, mujeres trans, mujeres con diversidad funcional,personas no binarias, personas con una apariencia no normativa. Vivimos en una sociedad cada vez más diversa, existiendo múltiples diferencias que enriquecen nuestra sociedad, siente necesario que las condiciones sociales se adapten a esta pluralidad,contemplando y atendiendo las diferentes realidades, por lo cual, es importante que las diferencias de las personas, y por consiguiente las diversidades existente, se entiendan como una fuente de enriquecimiento personal y social puesto que, son una fuente de riqueza, creatividad, convivencia, de aprendizaje y, sobre todo, de felicidad. Por eso,hacemos un llamamiento a sociedad, empresas e instituciones por contribuir a acabar con las discriminaciones por razón de origen, imagen, sexo, género, religión, orientación sexual, o por cualquier otro motivo. El feminismo no deja a nadie atrás.¡Derechos para todas todos los días!
Desde la Comisión 8M consideramos que el feminismo es una gran potencia transformadora y aporta propuestas imprescindibles para lograr una vida más justa e igualitaria, una vida donde la defensa de la tierra, así como los cuidados y la dignidad de todas las personas ocupen el centro del debate político y social. La actual crisis sanitaria nos ha mostrado la prioridad y la importancia de acompañar y cuidar la vida, con libertad y con responsabilidad, tenemos que vigilar desde el feminismo, que la crisis no se utilice,una vez más, para atemorizarnos y para menguar los derechos de la ciudadanía. También tenemos que vigilar desde el feminismo para que los privilegios de unos pocos no ninguneen la calidad de vida de la mayoría. ¡Ponemos la vida en el centro, los cuidados en el centro!
Todos los días son 8 de marzo, ¡viva el 8 de marzo!
Ibiza, 8 de marzo del 2022
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