Muy cerca de los talleres, en los porches del Ayuntamiento de Santa Eulària, representantes políticos del municipio como Marisol Ferrer, concejala de Infancia o Antonia Picó, concejala de Participación Ciudadana, esperaban con expectación que, desde Unicef Comité Baleares, se hiciera oficial la renovación del sello que califica a Santa Eulària como Ciudad Amiga de la Infancia (Sello CAI) por tercera vez consecutiva.
Un distintivo que el municipio ostenta desde 2012 y que tiene validez durante cuatro años. Y así, tras unos segundos de suspense, Mercedes del Pozo, presidenta de Unicef Comité Baleares, hizo visible la placa conmemorativa. «Es importante esta renovación especialmente por haberla hecho en este periodo de pandemia, que ha sido una época muy difícil para todos los ayuntamientos», destacó Del Pozo.
Además, resaltó que este reconocimiento supone poner en valor todas las acciones de políticas públicas que van dirigidas a los más pequeños, para mejorar su vida y defender los derechos de los niños. Por este motivo, según la presidenta de Unicef Comité Baleares, lo que más se valora por parte de la entidad a la hora de otorgar este distintivo es que la ciudad que quiera optar al sello CAI tenga un Consejo Municipal de Infancia y Adolescencia.
Este Comité, formado por niños de diferentes centros escolares, responde a las peticiones y necesidades de los niños. Según Del Pozo, es un instrumento fundamental para la participación de los jóvenes en cuestiones públicas. «Es un proyecto de futuro. No podemos trabajar para la infancia sin la infancia. Por eso, tenemos el Consejo Municipal. Nosotros tenemos el deber de hacer una escucha activa. Los niños realizan sus propuestas a través de los consejos municipales o los plenos infantiles», puntualizó la concejala de Infancia, Marisol Ferrer. Sin duda, este órgano es uno de los causantes de este distintivo.
Por este motivo, desde el Ayuntamiento quisieron dar a estos pequeños toda la atención, y Ferrer no dudó en agradecerles su implicación. «Quiero dar las gracias a los miembros de este Comité porque tienen mucho que decir y ellos participan diciéndonos cuáles son sus necesidades y qué podemos hacer de cara al futuro para cubrirlas», destacó la concejala junto a la placa.
Sin duda, ellos fueron los protagonistas de un día plácido –la lluvia dio una tregua–, de una celebración que tuvo como aliciente extra un vídeo educativo en el que los niños de Santa Eulària fomentan los derechos de la infancia y la sostenibilidad en el municipio.
Estos valores fueron el grueso del manifiesto Producción y Consumo Responsable que leyó Aitana Campos, representante de los jóvenes de la localidad.
Por su parte, la concejala de Infancia adelantó que el día de este sábado solo fue el aperitivo: «Toda la programación diseñada se celebrará durante los próximos cinco sábados: concurso de cocina, cuentacuentos, más talleres...».
Estas actividades atraen cada año a decenas de niños de Santa Eulària, que gracias a las manualidades fomentan su creatividad e imaginación.
«He hecho un dibujo abstracto de una pintura que me gusta», destacó Marina Noguera, una niña inquieta de seis años.
Requisitos que Unicef valora antes de conceder la placa
Según la presidenta de Unicef Comité Baleares, Mercedes del Pozo, el proceso inicial y el de renovación no son fáciles. «Primero tiene que haber una voluntad política por parte del Ayuntamiento. Son ellos los que contactan con nosotros y tienen que cumplir una serie de requisitos», destacó.
Entre ellos, el más importantes es que tenga un Consejo de Infancia y Juventud y que sea un órgano activo, destacó. «Se deben reunir con el alcalde tres veces al año», subrayó. Además, puntualizó que el resto de materias son más burocráticas. «El municipio tiene que hacer un diagnóstico de infancia para saber las necesidades de los pequeños. Esta labor se justifica a través de informes y nosotros los valoramos», puntualizó Del Pozo.
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