El discurso de Salvem sa badía lo compra cualquiera, yo el primero. Pero el problema no son sólo los ferrys». Así de tajante se mostró ayer el alcalde de Sant Antoni, Marcos Serra, durante la entrevista que le realizaron en el programa Bona Nit Pitiüses el presentador del espacio Toni Ruiz, la directora de la TEF Sonia Escribano y el director de Periódico de Ibiza y Formentera , Agustí Sintes.
«Yo soy el primero que me pongo cada año el neopreno para limpiar los fondos del puerto», recordó el primer edil de la Villa de Portmany, «pero no sé por qué últimamente se habla sólo de los ferrys» ya que en el deterioro de la zona influyen factores como los fondeos ilegales, el puerto deportivo, los vertidos de aguas fecales en la zona de Cala de Bou o los emisarios que tiene Abaqua en este área, «que no sabemos qué tipo de agua vierten allí y de qué calidad», especialmente uno «que sabemos que tiene más agujeros que una flauta».
Curiosamente, en un espacio tan acotado y concreto como la Bahía de Sant Antoni tienen competencias organismos como el Ayuntamiento de Sant Antoni, el Ayuntamiento de Sant Josep, la Dirección General de Costas, Ports de les Illes Balears, Abaqua o el Ministerio de Medio Ambiente. Toda una serie de entes públicos y administraciones que, pese a tener derecho a opinar y a decidir cada uno en su parcela, «nunca nos hemos sentado todos juntos» para buscar una solución a la zona.
Serra considero a su vez «razonable» que el nuevo conseller de movilidad, Josep Marí Ribas Agustinet, quien durante su etapa como alcalde del municipio de Sant Josep se había mostrado reacio a la llegada de ferrys al puerto de Sant Antoni, se tome ahora un tiempo para afrontar una cuestión tan sensible «porque acaba de aterrizar en el cargo». De cualquier forma, aseguró que no va a aceptar que se haga una «prórroga infinita» y que confía en que este tiempo sirva «para que alcancemos un consenso y que no haya política en este tema». «Con que todos cedamos un poco podremos llegar a un acuerdo», reconoció el alcalde de Sant Antoni.
El primer edil de la Villa de Portmany hizo también referencia a uno de los proyectos estrella de su equipo de Gobierno que acumula ya un retraso de más de un año: la reforma del casco urbano. Una reforma que iba a empezar por el West End y de la que, hasta el momento, ni siquiera se ha redactado el proyecto.
«Lleva más retraso del que me gustaría», reconoció Serra, quien al menos pudo avanzar que en el plazo de unos días «sacaremos los pliegos para solicitar la redacción del proyecto». Estos retrasos se deben, básicamente, a la escasez de técnicos en el Consistorio, concretamente en el área de Obras Públicas, que es de la que depende este proyecto.
«En breve vamos a contratar a un ingeniero para dar un impulso a este área y, si todo va bien, podríamos contratar a otro más». Con este nuevo impulso Marcos Serra confía en que a principios del próximo invierno puedan comenzar los tan esperados trabajos de embellecimiento del casco urbano del municipio.
Estas mejoras eran una de las bazas con las que contaba el Ayuntamiento para tratar de dar un giro a la oferta turística del West End. Sin embargo, el primer edil recordó que la gran mayoría de los empresarios de la zona no pudieron trabajar por las restricciones que les impuso el Govern balear. «No les puedo exigir a empresarios que llevan cerrados desde 2019 que hagan inversiones para mejorar sus establecimientos. Si todo esto pasa y pueden abrir este año, les apretaré para el siguiente», anunció.
1 comentario
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Se puede decir más alto pero no tan claro. Los ferrys no son el gran problema y siempre pueden acotar la eslora sin quitar su tráfico que siempre será beneficioso para el pueblo. El foco debe apuntar a los vertidos, emisarios, fondeos ilegales y gasolineras existentes....Todo merece regulación y debe conseguirse el equilibrio para que tanto Club Naútico como ferrys (no olvidemos que es aquí donde reside la confrontación) puedan coexistir.