El presidente de la Federación Española de Asociaciones de Viviendas y Apartamentos Turísticos (Fevitur) participó ayer en el VI congreso de Viviendas Turísticas de Ibiza para abordar el impacto de la crisis sanitaria y las perspectivas para 2021.
—¿En qué situación se encuentra el sector de la vivienda vacacional?
—Al igual que cualquier negocio de alojamiento nos encontramos en una parálisis total. La pérdida acumulada en el ejercicio 2020 alcanza los 9.000 millones de euros. Los destinos más perjudicados, con mucha diferencia, son los archipiélagos de Baleares y Canarias por dos motivos: su dependencia de la conectividad aérea y porque el turista en un 75-80% es internacional. Donde se han salvado un poco los muebles es curiosamente en aquellas zonas menos turísticas como Aragón, Castilla León o Extremadura, donde principalmente el turista que ha habido es un turista nacional que se ha desplazado de una comunidad a otra.
—¿A qué se ha debido esta diferencia?
Son varios factores, desde el punto de vista de transporte se está optando por los vehículos privados como medio principal. Esto se debe principalmente por ser más económico y a la situación sanitaria, porque la gente tiene más reparos en meterse en un avión. Por otra parte la gente ha elegido destinos poco masificados y tipologías de alojamiento individuales: casas, villas, chalés… se han ido alquilando. Ha habido una tendencia a buscar alojamientos en los que no haya mezcla con otras personas en zonas comunes y mucho desplazamiento de familias. Esa es la foto de 2020.
—A principio de verano se preveía que las viviendas vacacionales capearían un poco mejor la situación que los hoteles, ¿considera que ha sido así?
—Como le decía ha habido algo de movimiento en los destinos de interior y Galicia, pero a unos niveles muy por debajo a lo que era el histórico. Sí es verdad que esta pandemia va a suponer una serie de cambio de hábitos y las viviendas de uso turístico tienen cierta oportunidad por sus características: individualidad, falta de zonas… pero indistintamente de ello debemos tener turistas que nos visiten y conectividad aérea. Hasta que no haya una confianza sanitaria consolidada es complicada la recuperación del sector. Y ya no sólo por esto, esta pandemia desde el punto de vista económica es transversal, las personas y las empresas van a quedar tremendamente tocadas. Esto se va a ver reflejado también en el sector turístico.
—¿Qué perspectivas hay para 2021?
—El escenario no es muy optimista. El anuncio de Pfizer y Moderna son buenas noticias, pero tenemos que tener claro que las principales autoridades médicas y epidemiológicas dicen que para que la vacuna sea eficiente debe llegar a un espectro del 70% de la población. Eso no es un tema de meses, sino que pueden ser años. Nosotros entendemos que se debe priorizar el tratamiento, el problema principal que tenemos con la Covid es la dificultad para curarlo.
—¿Y en concreto para Baleares?
—Los dos archipiélagos tienen un gran hándicap que es la conectividad aérea. No va a haber ninguna compañía aérea que flete vuelos y contrate slots si no tiene garantizado un mínimo de ocupación. Habrá que ver en este aspecto cuál es nuestra situación sanitaria, pero también dependemos de la situación de los países emisores.
—¿Cómo se pueden afrontar estas perspectivas negativas por parte de los propietarios de viviendas vacacionales?
—Lo que toca es generar confianza y empatía. Si bien las viviendas de uso turístico tienen su propio protocolo, realizado por el ICTE y avalado por la Secretaría de Estado, entendemos que cualquier tipo de seguro adicional en materia de Covid es importante. También que se permita en España, como se hace en otros países, que directamente los establecimientos turísticos puedan hacer un test rápido. Todo aquello que sean seguros de cancelación y políticas muy flexibles favorecerá que funcione el sector. Ponerlo muy fácil y esto afectará al precio.
—¿Qué reivindicaciones hacen llegar a las instituciones en esta situación?
—El Ministerio de Turismo anunciaba la semana pasada que la aportación directa del Estado, y no me refiero a los fondos europeos, sino la aportación directa, va a ser de 3.200 millones de euros para el sector turístico que supone el 17% del PIB. Es insuficiente. Segundo que es muy necesario despejar incertidumbres. Es imprescindible que los test no sólo sean en origen y destino. Tiene que haber test rápidos al alcance de toda la ciudadanía y a un precio asequible. Los casos de éxito de otros países que han capeado mejor la pandemia, a parte de otros motivos, es porque la ciudadanía tiene acceso directo a los test. O empoderamos al ciudadano o sino esto no lo vamos a poder controlar porque la administración no llega.
1 comentario
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Debe haber test a todo el mundo gratis. El virus es importado y no tenemos la culpa el pueblo español, sobre todo la mala gestión del gobierno. Ya está bien que tenemos que pagar un test además de los precios altisimos de las mascarillas.