Imagen de archivo de una cabra en Es Vedrà.

La decisión del Govern de matar las cabras que habían sobrevivido del islote de Es Vedrà durante el mes de mayo, en pleno estado de confinamiento, sigue generando una ola de indignación en la isla de Ibiza. Si hace unos días fueron los propietarios de los dos islotes, los vedraners, los que lanzaron un duro comunicado en el que mostraron «su más absoluta repulsa» por un acto que consideran «vil y cruento», ahora han sido las asociaciones animalistas las que están en «profundo desacuerdo» por la medida.

Desde l'Associació Animalista de les Illes Balears (ASSAIB), su portavoz, Andrea Manzano, aseguró a Periódico de Ibiza y Formentera que «se está estudiando emprender medidas legales contra los responsables de la matanza de las cabras en Es Vedrà». De hecho, la asociación asegura que el Govern «ha actuado con absoluta alevosía, saltándose el estado de alarma» y que «cometer una matanza de cabras estando confinados es algo increíble que demuestra para ellos el tema es una obsesión».

Algo que se refleja, según ASSAIB, en que han resuelto el tema «de nuevo de una manera cobarde, como sólo saben hacer las cosas, con violencia y a traición». Por último califican de «vergüenza» lo sucedido al tiempo que se preguntan «por qué, ¿si estaba todo preparado para que salieran los animales han actuado de esta manera tan brutal?».

Por su parte desde Ibiza4Patas, uno de sus fundadores, Giuseppe Guastella, explicó a este periódico que «todo es un problema político que se ha escondido a la población, conscientes del rechazo que provocó cuando se hizo por primera vez, en 2016».

En este sentido, acusó al Consell d'Eivissa de lavarse las manos al asegurar que no sabía nada de la decisión que tomó el Govern. «Esa es una excusa muy barata porque los técnicos del Consell tenían informes y propuestas remitidas por distintas asociaciones animalistas de la isla como alternativa a matar las cabras, pero no las tuvieron en cuenta y ahora nadie quiere ir en contra de ellos porque saben que tienen mucho poder», confirmó Guastella.

Asi mismo, desde Ibiza4Patas creen que no es tan difícil aprobar un proyecto para sacar a los animales vivos «en un mundo tan adelantado en el que se usan drones o se es capaz de mandar misiones a la Luna o a Marte». Precisamente, la asociación remitió al Consell d'Eivissa su propia idea, consistente, según Guastella, «en crear plataformas flotantes que tengan unas trampas gigantes con agua y comida que a las cabras les guste para que poco a poco, cuando cojan confianza, acaben dentro y poderlas trasladar a la isla de Ibiza donde, tras ponerlas en cuarentena, ya había voluntarios para tenerlos en sus fincas particulares».

Bien de Interés Cultural
En el escrito que se publicó este lunes, los vedraners aseguraron que el 3 de marzo pidieron una reunión con el conseller balear de Medio Ambiente, Miquel Mir, «para exponerle nuestra postura y una solución que permita el mantenimiento de la flora autóctona de es Vedrà y del rebaño de cabras» y que su única respuesta fue «trasladar la reunión a Mallorca».

Además, criticaron abiertamente al Consell de Ibiza. Según su texto pidieron «la declaración de Bien de Interés Cultural Inmaterial (BIC) el sacar las cabras vivas de es Vedrà como se hacía antaño» y que adoptara «medidas cautelares para proteger a los animales del islote». Algo de lo que no tienen noticias puesto que siguen a la espera «de que se emita el informe que permita la incoación del expediente».

Ante esta versión, desde el Consell de Ibiza se explicó ayer a Periódico de Ibiza y Formentera «que dicha tramitación sigue su curso, como cualquier otra petición de BIC en la institución». Además, añadieron «que hay algunas incorrecciones en las afirmaciones de los vedraners, ya que su petición de BIC inmaterial no protege las vidas de ninguna cabra en concreto (eso sería material, y el BIC es inmaterial), sino unas tradiciones y costumbres en relación a las cabras que viven en el islote y que pueden ser las que hay ahora u otras que nazcan o se introduzcan».

Por tanto, y según la versión del Consell de Ibiza «aunque la tramitación del BIC se encontrara avanzada, ello no impide que la consellería de Medi Ambient del Govern, como competente único en materia de protección de flora y fauna, pueda decidir actuar como lo ha hecho». Sin embargo, aseguró «no estar de acuerdo en que se aprovechara la situación de estado de alarma para realizar un acto que afecta a tantas sensibilidades en la isla», y que no se les informara «hasta cinco meses después».

Las cabras de Es Vedrà «no se cazan, se van a buscar»

En su libro de memorias, Joan Marí Tur, Botja, dedica un capítulo a las cabras de Es Vedrà. En él asegura que un vedraner le dijo que estos animales «no se cazan, se van a buscar» y «que estaba estipulado capturar seis para celebrar la Navidad y doce para la Pascua de Resurrección». Según Botja, «el proceso es un rito en el que los vedraners llegan en llaüts a vela o a remo» y que una vez en la isla «se intenta reunir a las amedrentadas cabras, en diferentes sitios pero, especialmente en s'Encorralador».

Además, en el libro recuerda que varias veces en su vida política defendió las cabras en el Parlament balear y sobre la primera acción del Govern escribe: «Más salvajismo, cobardía y desprecio por las centenarias tradiciones ibicencas, imposible». Por último, Botja se pregunta... «No se pudo hacer nada desde Eivissa para que tantos siglos de tradición acabaran bajo el calibre 22».