Vara de Rey por fin recobró ayer su esencia. Los puestos de libros invadieron el paseo y tanto familias al completo como turistas curiosos quisieron acercarse para comprar algún ejemplar. | Daniel Espinosa

El municipio de Ibiza quiso marcar la diferencia y no dejó que el día 23 de abril quedara sin celebrarse. Así, el paseo de Vara de Rey se llenó ayer de libros y flores para celebrar un Sant Jordi atípico.

Este año, en julio, con mascarilla, con el aforo reducido y bajo el lema ‘Llibres al carrer', Ibiza vivió su particular Día del Libro después de que el estado de alarma decretado a causa de la COVID-19 impidiese su celebración el pasado mes de abril.

Todas las edades
La nueva normalidad no amedrentó a escritores y vendedores, que vieron en este día una magnífica ocasión para darle un impulso a su sector. En los 25 puestos que se extendían a lo largo del paseo, todos los lectores pudieron encontrar su nueva golosina literaria. Y es que la oferta de lecturas era tremendamente amplia, tanto para el público infantil como para los adultos.

Fani, librera, apuntó que la jornada estaba siendo todo un éxito: «la gente tenía muchísimas ganas de poder celebrar un día así y, para nosotros, es un alivio porque nos ayuda mucho después de estos meses tan duros que hemos pasado», apuntó.
Por otra parte, los autores ibicencos también estuvieron representados: muchos son los que apuestan por publicar en catalán para dar visibilidad al idioma y a la cultura ibicenca. En total, unos veinte autores de la isla firmaron ayer sus novedades editoriales en la Feria del Libro.

«Los libros que hablan sobre Ibiza suelen estar también impresos en la isla, lo que los convierte en un material 100% ibicenco que apoya el comercio local», destacó FX Altron, uno de los escritores ibicencos.

Sin embargo, las librerías no fueron las únicas que montaron sus puestos. Las características flores también tuvieron su hueco en el Día del Libro gracias a dos stands en los que se podían adquirir las ya míticas rosas rojas: «un día tan especial como Sant Jordi no podía quedar incompleto. Por eso quisimos que, aunque no sea la época, todos puedan intercambiar un libro y una flor» explicaron desde la floristería Es Baladre.

Los niños
Desgraciadamente, este año los más pequeños se quedaron con las ganas de disfrutar de los talleres de manualidades y cuenta cuentos a los que estaban acostumbrados años atrás ya que Vila decidió suprimir estas actividades complementarias para evitar aglomeraciones.

Pero, como ya sabemos, los niños son muy fáciles de contentar: el ratón Gerónimo Stilton se fue con muchos a casa, convirtiéndose en un éxito de ventas en el sector infantil, junto con la última edición de Los Futbolísimos. «Era el último que me faltaba para tenerlos todos», comentaba un emocionado Aitor, a quien le habían comprado el último lanzamiento del roedor más famoso y ardía en deseos de llegar a casa para leerlo junto a su madre antes de acostarse.

Adultos
Los adultos, por su parte, optaron en su mayoría por los bestsellers del momento como Tierra, de Eloy Moreno, Y Julia retó a los Dioses, de Santiago Posteguillo o La madre de Frankestein, de Almudena Grandes.

Sin embargo, siempre hay a quien no le gusta seguir la corriente, como a Claudia, una lectora acérrima que aprovecha el día del libro para «buscar títulos que no sean lo que lee habitualmente».

Laura, por su parte, decidió comprar el libro de cocina Seis estaciones, un recetario de comida vegetariana, «para aprender a comer un poco más sano este verano».
En resumen, ayer en Vara de Rey todos pudieron elegir lo que querían llevarse a casa: libros que te recomiendan, alguno que tengas ganas de leer porque conoces al lector, libros para iniciarse en alguna disciplina, libros para regalar... Y es que, como ya sabemos, leer es viajar sin moverse de casa.