En estos momentos, tras la marcha del obispo Vicente Juan a Valencia, la diócesis de Ibiza y Formentera permanece en «sede vacante».
Entre los requisitos que deberá cumplir el nuevo administrador, éste deberá ser un sacerdote mayor de 35 años, que lleve más de cinco en la diócesis pitiusa. Su labor consistirá en realizar labores administrativas y «mantener lo que hay hasta la llegada del nuevo obispo. No se pueden hacer grandes cambios», ha aclarado Ribas.
Sobre la elección del nuevo obispo de las Pitiusas, Ribas ha afirmado que «nunca se sabe» el tiempo que su designación puede tardar. «Puede ser tanto cuestión de meses como de años. La última vez se estuvo en sede vacante casi dos años. En Menorca tardaron 16 meses», ha explicado.
Durante el proceso, la Nunciatura suele consultar a sacerdotes del lugar qué persona es la más adecuada para convertirse en obispo de las Pitiusas.
2 comentarios
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Mira que si nombran tambien administrador apostolico o como se diga a Agustinet..
Ojalá tengamos un obispo ibicenco. El que actuaba de vicario es muy válido.