Como cada año la localidad se llenó de fieles para mostrar todo el fervor que su gente le profesa a la sagrada imagen de la bendita de los marineros. A pesar del intenso calor esto no supuso ningún impedimento para los cientos de personas que salieron a la calle para acompañar a la patrona.
Abarrotada con unos doscientos fieles con abanico en mano, el coro rociero, tambores, castañuelas y una pequeña banda como novedad de este año, arropaban a la Virgen mientras el Párroco oficiaba la misa.
Una ceremonia en la que la música cobró un gran papel con los sonadors de la Colla de Ball Pagès es Broll y el Coro Rociero de Santa Eulària, además de los miembros de la Agrupación Musical Virgen de la Estrella, el párroco pidió por los que pierden la vida en el mar y la chica encontrada ahogada en el pueblo de Santa Eulària hace unos días.
A las 19:50 horas acababa la misa y los cofrades sacaban a hombros a la imagen de la Virgen y arrancaba la procesión religiosa en un recorrido a pie desde la capilla, bajando por la calle de San Lorenzo, hasta llegar a la Escuela Municipal de Vela, donde se embarcó en uno de los barcos que facilitó Santa Eulalia Ferry, acompañada por otros cuatro embarcaciones de acceso gratuito para los asistentes, y cinco lanchas de la Escuela de Vela.
Ante la mirada de alrededor unos 600 fieles, agolpándose para ver la entrada de la Virgen al puerto, el barco se la llevó hacia el mar a las 20:15 horas, «salimos con un poco de retraso debido a la cantidad de gente que hay este año», comentaba uno de los marineros de las embarcaciones.
La ofrenda floral se realizó aproximadamente a una milla de la costa, ante la mirada de todos los asistentes con cámara en mano para inmortalizar el momento y cantando junto con todas las embarcaciones de la zona la «Salve Marinera». En el barco junto a la Virgen, se encontraba la alcaldesa de Santa Eulària, Carmen Ferrer y buena parte del equipo de gobierno municipal.
La navegación duró aproximadamente una hora y al regresar al puerto se devolvió la imagen de la Virgen a la capilla por el mismo recorrido y el Club Náutico de Santa Eulària ofreció como es costumbre de cada año, una degustación de galletas y sangría en las instalaciones principales del club para todos los fieles que quisieran asistir y finalizar el homenaje con un buen sabor de boca.
2 comentarios
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Pues yo si creo que haya millones de personas que viven del mar..
Quien dice cientos dice miles, incluso millones xD