Los niños posan juntoa uno de los murales realizados en el colegio | Daniel Espinosa

El CEIP Blanca Dona tiene tres nuevos murales pintados a espray. Grafitis, dicen algunos. Arturo Pérez-Reverte ponía en boca de un grafitero en ‘El francotirador paciente' que «si es legal, no es grafiti». Quizá por eso a Hosh, artista organizador del Medusa Art Festival, le gusta hablar de arte mural más que de grafiti.

Ayer concluyeron la intervención en la escuela en la que ya lucen las tres pinturas, una de ellas obra del propio Hosh. Las otras dos las ha pintado Suso 33. Una ha gustado tanto al claustro de profesores que se están planteando convertirla en el nuevo logotipo de la escuela. Sobre un fondo negro aparecen siluetas de personas en varios colores que forman un corazón.

Se trata de la segunda edición del Medusa Art Festival que este año ha llevado a seis artistas urbanos a intervenir en cuatro centros educativos de Vila. Tras cada obra hay un trabajo de investigación con la comunidad educativa para hacer algo que se adecúe con la historia, el proyecto educativo o el entorno del centro. «En Blanca Dona yo plantee un mural en el que puse una pelota. Están trabajando deportes que no impliquen solo el uso de pelota, así que he adaptado mi boceto», ponía como ejemplo de ese trabajo previo Hosh.

Los alumnos de cuarto de primaria además se llevaron a casa una camiseta serigrafiada con el logo del festival. Para estampar el dibujo en la camiseta eran los propios alumnos los que extendían la pintura sobre una superficie trepanada con una capa de plástico y otra de malla de poliéster.

Arte participativo que ya integra el espacio en el que jugarán muchas generaciones ibicencas.