La celebración se inició con un breve pasacalles de la agrupación musical de la cofradía que entonó la marcha Suena yacente. A la cabeza iba el nuevo banderín de la agrupación cubierto con una tela negra. La enseña se adquirió recientemente en Sevilla por uno de los integrantes de la propia agrupación.
La Catedral se llenó para este evento al que acudieron los miembros de la cofradía (que cuenta con unos 200 cofrades), amigos y algún turista curioso atraído por el sonido de viento metal y percusión.
El obispo invitó a los miembros de la cofradía, durante la homilía, a recordar que no son cofrades exclusivamente durante una semana, sino que lo son durante todo el año y que «ser cofrade es estar unido a Jesús y transmitirlo».
Tras la celebración, que estuvo acompañada por las marchas de la agrupación musical, se presentó al público y el obispo bendijo el nuevo banderín. También se hizo un breve homenaje, mediante unas palabras, a su director musical, Juan Antonio Avilés. La fundación de la agrupación fue hace 15 años, «cuando pasó de ser una banda de cornetas a una verdadera agrupación musical» se dijo desde el atril.
Al salir de la Catedral hubo una exhibición de ball pagés a cargo de la colla de Sa Bodega y se dio un refrigerio a los asistentes en la sala de la cofradía, donde se inauguró una muestra sobre sus 75 años de historia.
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