El cantante y escritor hispano-guineano e hijo de mallorquín, Guillem d'Efak, recordaba en su poema ‘Cançó de Son Coletes' como las clases altas de la edad media tenían aprecio al trigo xeixa. En un verso dice: i els rics mengen pa de xeixa i per noltros sols no hi ha mestall. Los ricos comen pan de xeixa y para nosotros ni hay mezclado.
Esta variedad de trigo se tenía por perdida en Ibiza y ahora, tras hallar a un agricultor en la isla que tenía semilla, el Consell Insular d'Eivissa, la asociación de panaderos y pasteleros de Pimeef y la Cooperativa de Santa Eulària intentan recuperarla.
Representantes de los tres organismos presentaron ayer la prueba piloto del cultivo en un campo de 750 metros cuadrados, situado en Sant Rafel. En total se han sembrado unas 20 hectáreas de esta variedad entre la cooperativa de Santa Eulària y otros agricultores. Entre 7 y 10 hectáreas de esta producción se destinará a harina de panificar que usarán los panaderos de los siete hornos colaboradores para vender y promocionar productos hechos con harina de trigo de xeixa.
Una variedad casi desaparecida
Se trata de un trigo «de mucha calidad» que casi se había perdido «por tener menor rentabilidad que otras variedades nuevas», explicó el conseller de agricultura, Gonzalo Juan.
El proyecto tiene tres objetivos: recuperar una variedad tradicional, recuperar el pan payés con levaduras naturales y valorizar el trigo de xeixa para conseguir que sea rentable su cultivo y con ello se recupere el paisaje rural de cultivos de secano.
Josep Lluis Juan, técnico de promoción en Agricultura, cuenta que en 2009 ya se hizo la primera plantación de esta variedad en Ibiza usando semillas que se obtuvieron en Formentera. Un proyecto que contó con fondos europeos del programa Leader. Sin embargo las semillas ni siquiera eran propias de la isla pitiusa, dado que una gran sequía en los años 60 hizo que se agotara la variedad autóctona y se recuperó con trigo xeixa que se fue a buscar en llaüts a Menorca.
El grano que se ha utilizado esta vez se obtuvo de un agricultor de la zona de Corona al que se compraron 250 kilos de semilla autóctona de Ibiza, de la que se obtuvieron 3.700 kilos con los que se ha llevado a cabo este proyecto.
Según comentó Juan, el payés había mantenido la semilla porque en casa gustaba el sabor de los productos hechos con esta harina, pero realmente es una variedad que se ha salvado «in extremis» dado que la cultivaban muy pocos payeses en la isla para autoconsumo.
El técnico del Consell explicó también que esta era una de las variedades en Ibiza y en muchos territorios de la antigua Corona de Aragón con mejor fama. «Cuando los payeses querían hacer algo bueno o para una ocasión importante, usaban xeixa. Tenía la fama de la variedad buena». En muchos casos esta harina se mezclaba con la de maíz, o de otros trigos de peor calidad cuando la producción era baja.
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