Un presupuesto que el alcalde, Vicent Marí, calífico de «idílico» por crecer en volumen, incrementar la inversión y el gasto social, bajar los impuestos y la deuda municipal. Algo que no convenció a la oposición: el PSOE lo calificó como «poco novedoso», «electoralista y nada social», mientras que desde Guanyem se consideró que el «modelo de gestión del equipo de Gobierno no lleva a ninguna parte», dado que «no se aspira a solucionar los problemas del municipio» sino sólo a sobrellevarlos.
El municipio del rio gestionará el año que viene 40,1 millones de euros, casi 1,4 millones más que en 2018. El alcalde quiso recalcar que el presupuesto «recoge el compromiso social del Ayuntamiento con sus vecinos» a través de iniciativas que fomentan la ocupación, el acceso a la vivienda y un incremento del gasto social.
Marí resumió las partidas del presupuesto que ya detalló Periódico de Ibiza y Formentera en la edición del 28 de octubre de 2018. A nivel impositivo destaca la reducción del IBI de un 0,42% a un 0,4%, el mínimo legal. Las ayudas y subvenciones suben un 9% hasta los 2,58 millones de euros, dentro de las que se recoge una partida de 130.000 euros destinados a un plan de ayudas al alquiler y la compra de vivienda.
A inversiones se destinan 7,6 millones de euros, entre cuyos proyectos destacan el vestuario y centro polivalente de Santa Gertrudis, la remodelación de la carretera de Es Canar y la construcción de la Escuela Municipal de música y del centro juvenil s'Hort des Dominics en Jesús.
Desde los escaños socialistas, Vicent Torres ‘Benet' consideró que a este debate venían «a perder el tiempo» para ver como se aprobaban unos presupuestos que no están «adecuados a la realidad», y son «electoralistas y para nada sociales».
Indicó, a efectos de las subvenciones a las asociaciones, que se actuaba con falta de criterio, simplemente «cogiendo el listado de asociaciones y ¡hala! A repartir dinero. ¿Qué política de subvenciones es esta?», preguntó Torres.
También cuestionó la política de inversiones, de cuyos proyectos dudó que se acabe ninguno; y la política de personal, que deja por cubrir varias vacantes de técnicos municipales.
Desde Guanyem, Óscar Rodríguez también incidió en su desacuerdo respecto a la política social. Indicó que el municipio destinará «sólo 61 euros por persona en el municipio» en gasto social. También respecto a las políticas de empleo valoró que únicamente se hacía un desembolso en infraestructuras y no en «políticas reales de empleo».
El alcalde replicó en primer lugar al grupo socialista al que indicó que la valoración de las subvenciones a las asociaciones eran «fruto de muchas reuniones, horas de trabajo, estudio y análisis», que se hacía con motivo del «gran trabajo y esfuerzo que realizan en el municipio» y se mostró sorprendido por que se cuestionara ese apartado.
Por otra parte defendió frente a los reproches de Guanyem que la inversión en infraestructura era necesaria para favorecer las políticas de empleo, y que en cualquier caso existía programas como el Club de treball, que favorecen el contacto directo entre empresas y parados. Con ello dio números de las actuaciones sociales hechas y concluyó frente a ambos grupos que tal vez le «ganen en intenciones, pero no en realidades».
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