Es cierto que el número ha bajado considerablemente en los últimos años, cuando incluso había un concurso, pero los que quedan le siguen poniendo la misma ilusión que el primer día. Este es el caso, por ejemplo, de Juan Ferrer, Joan de Sa Rotja, o Antoni Coll de Vaca, cocineros de la paella que preparó el Club de la moto clàssica d'Eivissa i Formentera. Con el humor por bandera, a eso de las 13.30 horas ya estaba preparada, impregnando de buen olor el pequeño bosquecillo que hay cerca de la playa de Es Canar. «¿El secreto? Ilusión, ganas, algo de experiencia y buenos ingredientes, en este caso, arroz, palomo, pollo, cerdo, cangrejo vivo, mejillón, gamba fresca de Ibiza, mero y unos bogavantes, convenientemente escondidos debajo de una mesa para que nadie se los lleve».
Con un poco más de retraso pero con un olor igual de bueno marchaba otra de las paellas. En este caso los encargados eran Antoni Marí y Paco Marí, ambos del restaurante Cas Pagès. «¿Qué huele bien? Pues espérate a que esté terminada que como se suele decir... ¡¡mejor sabrá!!», comentaba también entre risas Paco Marí.
Misa y bendición de carros
Un par de horas antes la pequeña capilla de Es Canar se llenó con las cerca de treinta personas que acudieron a la misa oficiada por el obispo de Ibiza y Formentera, Vicente Juan Segura. Se notó que era día laborable porque a parte de los políticos de la primera fila – el alcalde de Santa Eulària, Vicent Marí, la corporación municipal, el senador del PP, Santi Marí, el director insular de Turisme, Vicent Torres, Benet, o el director insular de Agricultura, Vicent Tur –, y de la decena de miembros del Coro Parroquial de Sant Carles que le pusieron música a la misa, hubo pocos vecinos que se acercaron hasta el lugar.
En su homilía Segura aprovechó la figura de Sant Cristófol, patrón de los conductores, para acordarse de las 8 víctimas mortales que han dejado las carreteras pitiusas en lo que va de 2018, cinco motoristas, un conductor y dos peatones atropellados. El religioso valenciano pidió «prudencia y paciencia al volante», aseguró «que las leyes y los límites de velocidad están para ser respetados» y recordó «que hay que tener cuidado con los adelantamientos y los semáforos en rojo».
Además, y como es habitual, Segura recordó el origen del santo. Sant Cristófol era, según la Áurea leyenda de Santiago de la Vorágine, Cristóbal de Licia, un hombre de Canaán que primero fue ayudante de un rey muy poderoso, después alguien que recorrió el mundo intentando encontrar al Diablo y después, un hombre que usaba su fuerza para ayudar a los viajeros a cruzar un peligroso río subiéndolos sobre sus hombros. Según el obispo, fue cuando ayudaba a cruzar el río a un niño que cada vez pesaba más, éste se le reveló como el propio Dios. Se convirtió al cristianismo, difundió la palabra de Dios, fue apresado y finalmente condenado a muerte. Es, según Vicente Juan Segura, «un buen ejemplo de lo que hacemos si seguimos a Jesucristo, ya que él nos lleva por el buen camino y nos convierte en buenas personas».
Por último la jornada concluyó con el desfile de una decena de carros por la pequeña calle de la capilla, en cuya puerta fueron bendecidos por el obispo, y posteriormente por las principales calles de este pequeño pueblo costero.
Música para la misa
El Coro Parroquial de Sant Carles, con 76 años de historia, amenizó la celebración
Como viene siendo habitual, la mayor ovación tras el final de la misa se la llevaron la decena de miembros del Coro Parroquial de Sant Carles encargados de poner música a la celebración. La formación, que el año pasado cumplió 75 años de vida, volvió a estar dirigido por Elena Prokhorova, demostrando una vez más que es una de las bandas más consolidadas de la isla de Ibiza. Actualmente está compuesta por una veintena de miembros que ensayan todos los martes en Sant Carles a las 20.30 horas aunque ahora han hecho un paréntesis hasta septiembre.
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