La gallega María Castro, ayer en el servicio de Farmacia del hospital Can Misses.

La residencia de Can Misses para personal sanitario se encuentra al completo de su capacidad. Las ocho habitaciones disponibles están ocupadas por siete profesionales del Área de Salud, concretamente una farmacéutica, un médico de Atención Primaria, un especialista de Can Misses, una trabajadora social, una diplomada de Enfermería, una técnico auxiliar de enfermería y un técnico de Anatomía Patológica. Un octavo residente es un familiar de un paciente de Formentera. Desde su apertura ha oscilado la ocupación de la residencia. En invierno ha estado al 50%. El verano pasado llegó a estar al cien por cien de capacidad y ahora vuelve a estar de nuevo al completo. Desde el Área de Salud aseguran que no hay nadie que esté a la espera.

La residencia que se inauguró en mayo del año pasado para responder a los problemas de alojamiento del personal sanitario ha alojado hasta el momento a 34 personas, de las que 25 han sido profesionales del Área de Salud y nueve familiares de pacientes ingresados procedentes de Formentera. «El perfil de los profesionales que han utilizado el servicio de residencia es muy variado y demuestra una enorme transversalidad en su utilización», dijo ayer el director de Gestión del Área de Salud, Yago Gómez. De hecho, de los 25 profesionales, doce han sido médicos, seis de Atención Primaria y otros tantos del hospital; diez profesionales de enfermería; cuatro diplomadas de Enfermería, una de ellas matrona, cuatro técnicos Auxiliares de Enfermería, un técnico de rayos, un técnico de anatomía patológica, una odontóloga, una farmacéutica y una trabajadora social.

Dos meses

La estancia media ha sido de dos meses. El director de Gestión asegura que el balance ha sido muy positivo «porque con la puesta en marcha de la residencia se ha conseguido llevar a cabo contratos de corta duración (cobertura de vacaciones y bajas) sin que la vivienda haya sido un inconveniente para estas incorporaciones, además de servir de punto de llegada para profesionales de fuera de Ibiza en contratos más largos y desde el cual poder buscar una vivienda».

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La reforma del edificio J, que sigue sin fecha de inicio de las obras, permitirá ampliar hasta once las habitaciones y poder atender más demanda de profesionales que necesiten un alojamiento temporal.

Uno de los temas controvertidos de la residencia ha sido que los profesionales tuvieran que pagar por para estar alojados. Sin embargo, aún no se ha cobrado nada ya que el pago a los usuarios de la residencia está supeditado a la reforma del edificio J. El documento que regirá las condiciones de uso y que entrará en vigor a partir de que se haga hecho la reforma contempla que el primer mes no se pague nada y a partir del segundo serán cinco euros por día donde estarán incluidos todos los gastos, como luz, agua, limpieza, internet, seguridad y lavandería.

EL APUNTE

«Es de agradecer que nos ofrezcan este alojamiento»

La farmacéutica María Castro, que ha hecho la residencia de Son Espases, es una de las personas alojadas en la residencia. Está en Ibiza para cubrir una baja maternal y cuando le ofrecieron el trabajo empezó a buscar piso por Internet, «me pareció todo muy caro». En una de esas búsquedas encontró la noticia de que Can Misses tenía una residencia. «Llamé al hospital y me dijeron que me podía quedar sin problema y sin pagar». Castro está muy satisfecha, «echo en falta la vitrocerámica, pero mi estancia es algo temporal». Por las tardes se dedica con tranquilidad a buscar piso aunque no es fácil. «Los precios son desorbitados. Me parece una vergüenza. La residencia está muy bien y es de agradecer que se le de esa posibilidad al personal hasta que encuentre un piso». Advierte de que «si no hay un control, no vendrán profesionales; el hospital y el servicio de Farmacia están muy bien para trabajar y el único inconveniente de la isla es alojamiento».