¿Qué balance hace de los primeros cien días en el cargo?
—Balance muy positivo. He aprendido mucho en estos meses y me he sentido absolutamente respaldada. He encontrado una Conselleria en marcha, no estaba parada, pese a todas las circunstancias habidas y los cambios.
¿Cuál es el cambio que más ha notado como política?
—Cuando haces trabajo político de partido siempre estas pendiente de lo que se diga en los medios de comunicación. Tenemos un alto componente de exposición social de lo que dices y no dices, ya que representas a todo un grupo de votantes. Como vicepresidenta y consellera has de tener claro que eres Govern y representas a todos los ciudadanos de las Islas, lo cual te hace valorar las cosas de un modo diferente y con más responsabilidad.
¿Cómo es su relación con el sector empresarial turístico?
—Estable, cómoda, sin tensiones y con diálogo.
¿Y con los grandes hoteleros?
—No tengo relación. No se si esto viene desde el inicio de la legislatura, pero lo que aprecio es que no hay injerencia de los grandes hoteleros en la política turística del Govern, que es transversal.
¿Qué previsión hace de la próxima temporada turística?
—Será un verano similar como el del pasado año. La apuesta que hemos hecho en Balears, tanto sector
público como privado, es por la calidad y nuestra opción es caminar hacia unas Islas sostenibles, de ahí que tenemos vendernos por calidad y con una oferta turística diferenciada. No hay que caer en bajadas de precios por el alza de los destinos competidores. Se han hecho muchas inversiones y hay una apuesta importante para que seamos un destino de calidad.
¿Podemos consolidar temporadas de hasta nueve meses?
—La campaña Better in Winter funciona a la perfección porque se está incidiendo realmente en la desestacionalización. Este Govern no invierte en sol y playa al ser una oferta consolidada, sino en lograr alargar al máximo la temporada. Nuestra estrategia de promoción se centra en los meses de temporada baja y media, de octubre a mayo, lo que nos permite dar otra imagen de estas Islas, mucho más amable. El tipo de turista es diferente y se le da una oferta con productos diversificados en todas las zonas. No queremos tener los picos de verano en invierno, sino reducir y suavizar estos picos para trasladarlos a otoño y primavera. Esto permite tener más meses de actividad económica y laboral. Y sí, podemos tener temporadas de ocho y nueve meses.
¿Cómo califica el boom turístico de Palma?
—Palma comienza a ser un destino que se vende con nombre propio. Le está pasando un poco como a Barcelona, Palma vende más allá del destino Mallorca. Ha realizado a cabo un proceso de embellecimiento del Casc Antic, tiene una gran oferta complementaria, cultural y esto hace que sea un centro turístico importante y demandado. La forma de recuperar casals históricos en hoteles boutique ha generado un nuevo tipo de turismo, pero no hay que morir de éxito.
¿Y la moratoria turística?
—La moratoria ha sido pactado con el sector, porque no podemos convertir a Palma en un parque temático de hoteles boutique y crecer de forma ilimitada. Palma tiene también una presión fuerte de los cruceros, y esto se ha de esponjar porque nuestras infraestructuras no dan abasto. Un turista que padece la masificación no volverá a venir de vacaciones a las Islas.
¿Qué opina del alquiler turístico vacacional?
—La apuesta por regular el alquiler turístico tenía el objetivo de poner orden. Había que establecer parámetros
de calidad y cumplir una serie de compromisos administrativos con Turisme, con Hisenda y Delegación de Gobierno. El que no los cumpla debe darse de baja y desaparecer del mercado.
¿Apuesta por la zonificación?
—Hay toda una serie de parámetros para delimitarla, pero siempre que regulas hay damnificados. Al
final, sea la zona que sea, siempre habrá la posibilidad de dedicar unos meses al alquiler turístico. El Consell tiene voluntad de diálogo con todos los sectores.
¿Cómo se lleva con la presidenta Francina Armengol?
—Las relaciones son buenas. Cuando compartes el día a día las labores propias del Govern y se trabaja para continuar las políticas que se están llevando a cabo con unos mismos criterios, el resultado es positivo. No hubo una mala relación al principio, sino que se valoró a nivel de partido lo que había que hacer.
¿Cómo califica la actitud del Estado con la reforma de Platja de Palma?
—El Estado ha incumplido su parte de aportación económica. Nos encontramos con un Estado que recauda y no revierte lo que nuestra realidad económica necesita. Ahora estamos negociando el REB y es básico que se firme.
¿Tendrá algún efecto negativo doblar la ecotasa a partir de mayo?
—El Impuesto de Turismo Sostenible ha venido para quedarse. No creo que ningún turista deje de venir a las Islas por pagar un impuesto turístico.
¿Será efectiva la promoción turística en manos de los consells?
—Creemos en la soberanía de cada isla, de ahí el traspaso de competencias. Cada isla se podrá promocionar según su propia diversidad.
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Y a un trabajador que le imponga un idioma... TAMPOCO..