La Federació Pitiüsa de Races Autòctones (Fepira) está realizando, con la colaboración de la Universidad de Córdoba y de la empresa SEMILLA, la caracterización morfológica del porc negre de las Pitiusas como un paso necesario a la declaración definitiva, por parte del Ministerio de Agricultura, como raza autóctona. «Lo que estamos haciendo esta semana es intentar definir un estándar que nos permita identificar físicamente cómo es la raza», explicó Xavi Prats, presidente de Fepira.
En este sentido, Ánder Arando, veterinario de la Universidad de Córdoba, incidió en la doble caracterización que se está haciendo en el animal. «Se hace una caracterización cualitativa y otra cuantitativa donde se ve que los cerdos son negros, con pelo y con un perfil cóncavo de la cabeza. Los medimos para poder caracterizarlos morfológicamente». Además, Prats señaló una de las «sorpresas» que se encontraron con la caracterización y es que el porc negre está más cerca de la genética de un cerdo autóctono de la zona del Alentejo portugués que de los ejemplares de Menorca y Mallorca.
Por otra parte, se está trabajando en enseñar a los machos determinadas pautas que les permitan realizar extracciones de semen que se usarán en la fertilización de hembras de la raza. «Si tuviésemos alguna desgracia, las muestras servirían para poder recuperar la raza, que es nuestro objetivo principal», matizó Prats. Una práctica que hasta ahora solo se realizaba en corderos y en el ganado caprino al tratarse de una obligación por parte del Ministerio para controlar y proteger estas razas autóctonas.
«Nuestro objetivo principal es el reconocimiento y la conservación de la raza y vemos que estamos progresando», dijo el presidente de Fepira quien recordó que «estamos en una situación precaria que no supera las 60 familias de porc negre».
Un trabajo minucioso para que el Ministerio catalogue al porc negre como raza autóctona reconocida. «Esto te da la opción de presentar en el mercado un producto que ya está reconocido y que permite al consumidor identificarlo gracias a su sello», explicó Arando. En esta línea, el veterinario quiso recordar que es difícil que estos cerdos compitan con los cerdos blancos industriales que «llevan un proceso de mejora de muchos años», pero su reconocimiento permitiría identificarlo como cerdo de Ibiza y Formentera y «esto le da valor en el mercado».
Según explicó Arando, las tareas de caracterización continúan hoy en Formentera con la medición de unos 20 cerdos y seguirán en Ibiza porque «nos han quedado algunos sin medir por cuestiones como que la madre está con los lechones recién nacidos y no hemos querido molestarle».
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