Compartir, escuchar acompañar, comprender y hacer un camino para que las personas acepten su enfermedad y vivan el presente. Esta es la filosofía que Rosa Vives, trasplantada de corazón desde hace dos años, quiere aportar a otros que como ella conviven con una insuficiencia cardiaca. Junto a Valentín Ollero, trasplantado renal desde el 9 de noviembre de 2017, se desplazó de Mallorca a Ibiza la semana pasada para ayudar a dar a conocer el programa del paciente activo de la Conselleria de Salut en el Área de Salud de Ibiza y Formentera con el objetivo de implantar esta iniciativa pionera. «Podemos aportar nuestra experiencia, vivencias y la rutina que llevas para saber lo que es adecuado para la enfermedad que tienes», explicó Vives, que hizo un curso septiembre de 2017 y está la espera de comenzar un taller entre iguales para pacientes con insuficiencia cardiaca. «Estamos con muchas ganas», dijo.
Ollero incide en la importancia de tomar conciencia. «El hecho de pasar una experiencia de este tipo se ve desde fuera como una gran operación y un trauma, pero cuando lo vives lo ves como una operación, no es un trauma y se trata de transmitir a las personas como tú que por donde has pasado es para una mejora vital», relata. A quienes están pendientes de un trasplante «les da alas, aunque parezca muy de anuncio, porque cualquier dificultad que tenga se va a superar; somos enfermos crónicos que tenemos la puerta abierta con un trasplante y el hecho de poder transmitir esperanza me hace muy feliz».
Un trasplante ha sido la solución para la enfermedad de Valentín y Rosa, pero no todos los pacientes van a mejor sino también se encuentran a otros que están en un proceso degenerativo, como es el caso de esclerosis múltiple. «Nosotros hemos tocado fondo hasta llegar al trasplante, pero se trata que en el estadio que estemos tengamos una tranquilidad y lo aceptemos para poder vivir con esperanza y las limitaciones que tenemos», aconsejó Rosa. «Estamos en un proceso que sirve para el crecimiento personal e individual. Una persona que no haya sufrido ningún tipo de enfermedad o un trauma personal no evoluciona a ese nivel. Es la forma en la que uno despierta, toma conciencia y le encuentra un sentido a la vida», añadió Valentín Ollero.
Cuatro profesionales
Durante dos días, Valentín y Rosa aportaron su experiencia para impulsar el programa en Ibiza, que comenzará con la formación de cuatro profesionales en los centros de salud, Isabel Perelló, Noa Bazal, Carmen Escandell y Jorge Llosá, que se encargarán a su vez de formar a los pacientes activos del Área de Salud para que lideren el proyecto en los centros de salud. El subdirector de Enfermería de Atención Primaria del Área de Salud, Jean-Philippe Baena, explicó que antes del primer semestre estarán formados los pacientes activos para «empezar a hacer formación entre iguales en los centros de salud». Inicialmente se harán grupos de diabetes y EPOC, enfermedad pulmonar, y probablemente estén en marcha a partir del segundo semestre del año. Baena explicó que con este modelo toman los pacientes las riendas de su proceso ya que «al pasar por la misma enfermedad hay unos niveles de empatía mayores y mejora la relación terapéutica entre profesional sanitario y paciente, se les devuelve el protagonismo de que ellos son el centro del sistema; si están más informados y empoderados en su enfermedad la afrontarán mejor y eso también va a significar que tendrán una mejor calidad de vida». El subdirector de Enfermería apunta a que «estamos en un cambio de modelo de atención, pasamos de un rol paternalista a uno en el que los sanitarios estaremos de acompañantes en los procesos de la enfermedad y nos ayuda a nosotros a cambiar nuestra forma de pensar, de atender a las personas desde un modelo más de acompañante».
Con el rol del adquirir más protagonismo, Valentín Ollero, que formará parte de un grupo de insuficiencia renal en Mallorca, anima a los futuros participantes de esta iniciativa que «si se sienten que lo que ha pasado es importante y puede mejorar a los demás, que se apunten; se trata de hacer la vida más fácil y cómoda, más viva, a los compañeros». Tanto Valentín como Rosa contemplan su experiencia como enfermo como algo positivo. «Es un poco heavy, pero doy gracias a la enfermedad que me ha ayudado a tomar conciencia de otras cosas en la vida», apostilla Valentín Ollero.
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