La magistrada titular de la sala adoptó la decisión de suspender la vista programada y que se dividía en dos partes. La primera por hechos acaecidos hasta el 15 de diciembre del año anterior al fallecimiento de Sara Calleja y la segunda por las amenazas vertidas en mensajes entre el 16 y el 29 de diciembre del mismo año.
Procedimientos abiertos
El letrado de la defensa manifestó su oposición a la celebración de la vista. Alegó que esta caso es cosa juzgada, por entender que en los tres procedimientos anteriormente celebrados, ya se han juzgado estos hechos, con el resultado de la absolución en uno de ellos y sentencias de conformidad en los otros casos.
Además presentó un informe médico en el que se detalla la imposibilidad de prestar declaración por el estado mental en el que se encuentra el sospechoso, que reside en Bélgica y no se desplazó a León.
La representante del Ministerio Fiscal se opuso a las pretensiones de la defensa si bien aceptó que se suspendiera la vista, por el peligro de indefensión que podría comportar la celebración del juicio sin el acusado. Rechazó la propuesta de la defensa y exigió que los forenses del Instituto de Medicina Legal de León puedan tener una copia traducida del informe médico para que sean ellos los que determinen si ciertamente el estado mental de C.C. Impide su declaración.
Los hijos de Sara Calleja estuvieron presentes en la sala, acompañados de una tía. La hija de la difunta solicitó al término de la sesión que para próximas actuaciones se le permita declarar por videoconferencia, dado que reside en Baleares, desde donde tuvo que desplazarse para la ocasión. El letrado de la acusación particular resultó especialmente contundente en su intervención y rechazó la tesis de la defensa del sospechoso, que calificó de estratagema legal para no someterse a la acción de la justicia. También rechazó de plano la propuesta de su homólogo y reiteró la conveniencia de celebrar el juicio en la fecha en la que la magistrada considere oportuno.
El sospechoso mantenía una relación sentimental con Sara Calleja que concluyó el 19 de septiembre de 2013. No aceptó en ningún momento el fin de la relación y persistió en su voluntad de verla y hablar con ella pese a la oposición de la joven que le manifestó varias veces su negativa. En varias fases de la relación, le remitió varios mensajes y correos «con expresiones intimidatorias que coartaban y perturbaban el normal desarrollo de la vida de Sara», expone la Fiscalía. Por cada uno de los dos juicios que debían haberse celebrado esta martes se solicitaban penas que suman los cuatro años de prisión.
«El dolor que me haces, te lo voy a devolver. Mi hijo lo jodiste. Ahora me toca a mí. ¡Boum, pan, pan! No vaya a ser que tu cara cambie del día a la mañana. Te voy a esperar y a encontrar aunque vaya a chirona», advierte en sus mensajes, que intercala con otros de otro tono: «Te amo y deseo que quedemos como amigos. Quedemos como amigos y en paz porque soy capaz de matarme. Comunica conmigo por el amor que tuvimos», le decía en esos mensajes.
Paralelamente, se sigue otra causa en Ibiza que, según informó el letrado de la defensa a este periódico, podría celebrarse a finales del año próximo. El Ministerio Fiscal solicita una pena de siete años de prisión por otro entramado de coacciones y amenazas así como violencia de género. Se desconoce aún si la vista se celebrará en los juzgados de lo Penal de Eivissa o en la Audiencia Provincial.
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