Imagen de archivo de los juzgados de Ibiza. | Archivo - Periódico de Ibiza y Formentera

Cristian C., el que fuera compañero sentimental de Sara Calleja, la joven leonesa que se quitó la vida en Ibiza en julio de 2015, será juzgado mañana en León acusado de dos presuntos delitos de amenazas y coacciones, por los que el Ministerio Fiscal solicita una pena de un año en cada caso. La acusación particular, que encarna la representación legal de los intereses de los hijos de la fallecida, eleva a tres años de prisión la suma de los cargos que propone, tras incluir también un presunto delito de maltrato en el ámbito familiar. Las dos partes exigen una indemnización de 6.000 euros para los vástagos de la víctima. La defensa, por su parte, niega la descripción correlativa de los hechos que presenta el escrito de calificaciones provisionales y solicita la libre absolución de su patrocinado.

La fecha

El juicio se celebrará el martes 19 de diciembre a partir de las 11.00 de la mañana en Penal 2 de León. Es otra causa paralela a la que se sigue en el Juzgado de Violencia de Género de Ibiza por la que el mismo acusado se expone a siete años de prisión, por delitos de maltrato psíquico habitual, continuado de coacciones y continuado de quebrantamiento de condena, según la tesis que defiende la Fiscalía. Acusación particular y defensa aún no han presentado sus escritos.

El Ministerio Público en León relata que el procesado, que no tenía antecedentes penales en el momento en el que se produjeron los hechos que se juzgan esta semana, mantenía una relación sentimental con Sara Calleja que concluyó el 19 de septiembre de 2013. El investigado no aceptó en ningún momento el fin de la relación y persistió en su voluntad de verla y hablar con ella pese a la oposición de la joven que le manifestó varias veces su negativa.

Entre los días 5 y 15 de diciembre, Cristian le remitió varios mensajes y correos «con expresiones intimidatorias que coartaban y perturbaban el normal desarrollo de la vida de Sara», expone la Fiscalía.

Los mensajes

Los mensajes mezclan expresiones en tono amenazador con los contenidos de corte amoroso. «Pareces hielo, cemento. Jamás vi cosa igual. No tienes sentimientos ni respeto a nada. Dios sabe quién eres y yo… Eres mala hasta las muelas. Goza. El mundo da vueltas y tiene esquinas. Cuídate, jamás olvidaré esto, me has desgraciado la vida. No respetas nada, ¿estás en la maldad? Acuérdate de que tarde o temprano pagarás tu cuenta. Soy tu Christian, que te ama, te amo y te amaré y te lo demostraré con mi vida. Puedo aparecer en cualquier lugar y momento porque jamás dejaré de amarte, jamás te olvidaré, jamás desaparecerás vayas donde vayas, estés donde estés. Siempre te encontraré. Para mí León está a la vuelta, cerquita. Sé que voy a caer y te encontraré para que me devuelvas todo lo robado de mi existencia. Te odio. Te pido paz, amistad y acabar de todo esto, nunca me rendiré hasta que no hables. O me muero o me meten al talego, ¿está claro? Habla. Estás acabando con mi salud y entonces puedo hacer que voy de frente allá y veré… Me da igual… Esto es una muerte segura. Voy a irme a León y acabará todo muy mal, porque ya no lo aguanto. Por favor, evítame ir a León y hablemos de una vez aunque sea chateando y evítame una desgracia de navidad porque voy a ir en menos que canta un gallo. Te amo y deseo quedar como amigos. Ya vale de locuras, Sara. Háblame. Quedemos en paz tranquilos. Ya no sé qué voy hacer. Soy capaz de matar. Háblame. El dolor que me haces te lo voy a devolver. Mi hijo lo jodiste pero ahora me toca mi. ¡Boum, pan pan…! No vaya ser que tu cara cambie el día de mañana. Todo está por llegar… Se paga todo el mal que se hace en esta vida, acuérdate. Te voy a esperar y te encontraré para hablar aunque me vaya a chirona. Debes entender esto, Sara. No vine por las buenas, esta vez me quedo aunque sea en el calabozo pero no sin ser culpable de algo porque ahora solo pido lo que me robaste, hasta la muerte y lo que venga. Habla, escribe y deja de esconderte. Espero verte en cualquier momento porque estoy cerca, estoy aquí. Traidora, por favor, comunica y di algo. Estoy en la esquina. Venga, por favor, o llama a la policía. Quiero verte y hablar porque estoy muy mal, se me va y se me viene la locura, no sé qué hacer. Para que entiendas mi dolor y mi amor, de esta no saldré hasta las últimas consecuencias y estoy decidido a todo lo que pueda pasar. Son tres meses de penas insoportables y algo terrible me va a pasar por amarte tanto. Hasta la muerte. Sarita, la paciencia se acaba y me voy a ir a León para vernos. Ya no soporto tus malos tratos. Reflexiona. Solo busco paz y salir de esta pesadilla, después quedarás feliz. Evita problemas, locuras y delirios. A mí ya me da todo igual, me dejaste hecho una mierda, sin razón y gozas con mi dolor. Comunica conmigo por el amor que tuvimos, tranquila, pon la cara».

Alejamiento

El Juzgado de Instrucción número 4 de los de León acordó la medida cautelar de alejamiento e incomunicación a favor de la denunciante. No obstante, al acusado no se le pudo notificar esta decisión hasta el 15 de marzo de 2014. El 16 de junio y el 4 de noviembre de ese mismo año, fue condenado por amenazas y coacciones en el ámbito familiar.

La defensa niega los hechos. Sostiene que las declaraciones de los testigos no arrojan luz en este procedimiento y manifiesta como «veraces» la manifestaciones del investigado. «No se encuentra acreditado por la Clínica Forense el efecto devastador tanto psíquico como físico que ha de concurrir para que sea considerado un caso de violencia de género en el ámbito familiar». También lamenta que el sospechoso no estuviese asistido de un intérprete en el inicio de la instrucción.