El acusado, de 52 años y vecino de Sant Josep, quedó en libertad ayer por la tarde al decretarse la suspensión de la pena de prisión durante dos años, ya que el acusado no tenía antecedentes penales. La condena y medidas cautelares fueron impuestas tras la celebración de un juicio rápido que recogía el acuerdo de conformidad cerrado previamente entre Fiscalía, acusación y defensa.
La petición de prisión fue rebajada de nueve a seis meses y la orden de alejamiento de tres a dos años. Previamente, el juez de guardia había sobreseído la otro causa que se le abrió al detenido por la posesión irregular de una de las armas de fuego que la Guardia Civil intervino en el domicilio ubicado en la calle Cementerio de Sant Josep.
El vecino de Sant Josep fue trasladado a primera hora de la mañana de ayer a los juzgados de Ibiza para responder por estos hechos.
Amenazas y dos tiros al aire
Los hechos ocurrieron la madrugada del lunes, cuando dos detonaciones sobresaltaban a varios vecinos de la entrada al núcleo urbano de Sant Josep. Dos tiros de escopeta realizados por un vecino del pueblo desde la terraza de su casa.
Según el relato de los hechos, el hombre había llegado a casa bajo los efectos del alcohol. Una vez en la vivienda, el hombre habría intimidado a su mujer, que estaba con sus dos hijas, y posteriormente se salió a la terraza para realizar los dos disparos con su escopeta de caza.
Según indicaron fuentes de la investigación, fue la propia mujer quien alertó a la Policía Local de estos hechos. Prácticamente al mismo tiempo se registraba una segunda llamada de alerta por parte de un vecino que había escuchado las detonaciones.
Hasta el escenario del violento episodio se desplazó urgentemente una primera patrulla de la Policía Local. La mujer abrió la puerta a los policías locales que se habían desplazado y les indicaba que «no había ningún herido, que el hombre había disparado al aire desde la terraza».
Tras acceder a la vivienda, los agentes comprobaron que el hombre se había encerrado en una de las habitaciones de la casa. Los agentes le conminaron a deponer su actitud, pero el vecino no respondió a las primeras advertencias. Fue con la llegada de una segunda patrulla cuando el hombre abrió la puerta y se entregó voluntariamente.
Hasta el escenario de los hechos también había llegado una patrulla de la Guardia Civil que procedió a la detención de este vecino de Sant Josep acusado por un delito de violencia de género.
Tras la detención del hombre, los agentes llevaron a cabo un registro de la vivienda que se saldó con la intervención de la escopeta de caza con la que había realizado los disparos. Los agentes de la Guardia Civil comprobaron que el hombre tenía licencia para esa escopeta. No obstante, los agentes hallaron e intervinieron en la vivienda una carabina que no estaría registrada, una pistola y un machete, armas por las que respondió ayer ante el juez.
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