El experto disertará sobre la definición, el origen y el estudio de este síndrome.

«Un trabajador puede entrar en burn out si se le exige mucho y no le dan recursos», advierte Armand Grau, médico internista, jefe de Estudios Fundación Salut Empordá y de la Unidad Coordinadora de Calidad, Formación e Investigación en Gerona, experto en endocrinología y profesor de la Universidad de Gerona que hablará hoy de la definición, el origen y el estudio del llamado síndrome de burn out, dentro de las II Jornadas para Humanizar la Atención Sanitaria.

En su opinión, «el hospital o centro de primaria ha de tener en cuenta que este trabajador tenga los recursos adecuados para hacer la labor que se le pide, si se le exige mucho y no se ofrecen recursos puede entrar en burn out y también es importante que el trabajador se vea que tiene capacidad de control sobre su agenda, que tenga libertad para priorizar, el hecho de no estar cerrado en la organización y que pueda autogestionar tiene un efecto contrario al burn out».

De las definiciones existentes de este síndrome laboral del que se empezó a hablar a mediados de los años 70 pero que en España no se popularizó hasta 1995, Grau se queda con el de la psicóloga americana Christina Maslach en el que confluyen tres aspectos: alto cansancio emocional, alta despersonalización y baja eficacia profesional.

«Es un síndrome en el que los profesionales presentan una sensación de agotamiento emocional, han dado todo de sí y no tienen recursos emocionales para continuar trabajando en su profesión», explica. Posteriormente aparece, en ocasiones, una despersonalización, en el que «se aislan de los receptores, no los tienen en cuenta de la misma manera para que no les afecte, como un mecanismo de autoprotección». Grau precisa que es en este aspecto «el que más afecta a los posibles pacientes porque el trato que recibe puede ser que no sea el adecuado». Para el experto es importante «identificar a estos profesionales y darles recursos personales y organizativos para que puedan superarlo porque, a veces, son problemas de comunicación, de capacidad de gestión del tiempo, de gestión del trabajo. Están inmersos en una organización enferma con un mal ambiente entre profesionales o una gestión directiva muy exigente sin dar recursos para llegar a los objetivos que se demandan y estudiar donde esta el problema para solucionarlo. Básicamente se dice que hay un problema entre las demandas y los recursos que se tienen, hay un desequilibrio», apostilla.

LA NOTA

«Si el médico está quemado, lo paga el paciente»

El sociólogo y periodista Carlos Hernández, autor del libro Un intruso en la familia, que escribió a raíz del diagnóstico de cáncer de dos de sus hermanos en la que recoge las vivencias desde el punto de vista de la familia aportó su experiencia en la primera edición de las Jornadas. Hoy participa de nuevo pero esta vez como moderador y presentador del acto que se celebra en el centro cultural de Jesús. Hernández realizará una pequeña introducción acerca del síndrome de burn out sobre el que se centra la jornada y cómo puede afectar en la atención al paciente y a la familia. «Si el médico está quemado, lo paga el paciente», afirma.