En la entrada del recinto podía disfrutarse de una exhibición de palomos y aves de corral de concurso cedidas por los socios de la Federación Balear de Colombofilia en Ibiza. En la exposición había no sólo ejemplares de paloma autóctona como el pichón balear sino importados de otros países, como la paloma rizada de Rumanía.
En el patio donde se encuentra la antigua era o el pozo de cal había dispuesta una zona de comida y bebida y los puestos de artesanía, organizados por la Asociación Eines i Feines de Vila. Esta asociación lleva desde agosto en activo y se dedica al trabajo en esparto y a la confección de ropa payesa. Su presidenta, Paquita, explicó a PERIÓDICO de IBIZA Y FORMENTERA su intención de impartir cursos para el año que viene gracias a la creciente demanda de conocimiento sobre oficios tradicionales. «Llevamos poquito tiempo, pero en cuanto nos organicemos empezaremos a dar cursos», precisó Paquita.
Más tarde empezó la final del campeonato de Ibiza 2017 de tiro con onda (pelota) hacia las 15.30 horas. El evento tenía previsto empezar a las 15.00 horas, aunque se retrasó porque los participantes buscaban el lugar idóneo para llevar a cabo la competición celebrada, finalmente, en la era situada en el patio.
Mientras, los asistentes pudieron curiosear el interior de la finca, cuyo mantenimiento hace posible que permanezca inalterable a los años y su recorrido permite adentrarse plenamente en la época. La casa payesa des Trull de Ca n'Andreu data del siglo XVII y es propiedad de Miguel Torres Torres y, aunque la explotación sigue perteneciendo a la familia, hace dos años vendió la casa-museo al Ayuntamiento como Bien de Interés Cultural (BIC) y patrimonial de la isla. Ademas de recibir escolares, el Trull de Ca n'Andreu «es una de las casas payesas más famosas de Ibiza abiertas al público», explicó un miembro de la familia propietaria «por ser una de las mejor conservadas y llevar más de 20 años recibiendo visitas». De hecho, los elementos estructurales se mantienen originales y, década tras década desde su construcción, se fueron agregando nuevas estancias para adaptarlas al momento hasta que en los años 60 del siglo pasado se realizó la última rehabilitación.
Dispone de numerosas estancias fieles a la época, como la cocina con molino propio, y un extenso detalle de todas las herramientas necesarias para la vida cotidiana de entonces. Herramientas para el encalado, para hacer calzado, cuerdas de cáñamo, utensilios para labores del hogar y del campo, de labranza o carpintería, bodega para tratar la uva, el aceite, el trigo, cuadras, etc. De hecho, la pequeña tienda que ahora vende producto autóctono estaba ocupada por una de las cuadras. Una auténtica casa payesa erigida como un pequeño universo con autonomía propia capaz de auto abastecer a sus ocupantes.
En relación a la fiesta, que acabó a media tarde, la Asociación de Vecinos de Sant Carles vio oportuno «aprovechar el museo para presentar una exposición de artesanía, aunque ha fallado la actividad programada de labranza con caballo debido la lluvia», afirmó Juan Carlos, presidente de la asociación. Las fiestas patronales de Sant Carles se encuentran en su recta final ya que concluirán el fin de semana que viene con la V Sant Carles Xtrem 2017 el sábado y el domingo día 12 con un trofeo de pesca desde embarcación, un campeonato de enduro y el III Gran Premio de Mobylettes.
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