Ana Serra, en su centro de terapia ocupacional de Ibiza, el único existente en la isla.

Niños a los que no les gusta que les corten el pelo, lavarse los dientes, parecen hiperactivos, no les gustan las filas a la hora de entrar en clase o evitan fiestas de cumpleaños o lugares demasiado abarrotados. Éstas son algunas de las características de algunos niños que, sin tener un diagnóstico, les cuesta desarrollar su propia autonomía. A través de la terapia ocupacional, una disciplina universitaria de la rama de las Ciencias de la Salud, se le facilita a los niños y adultos que dispongan de las herramientas necesarias para que tengan una mayor autonomía en su vida.

Hoy se celebra el Día Mundial de la Terapia Ocupacional en la que los profesionales reivindican una mayor visibilidad. Ana Serra, terapeuta ocupacional que dirige el primer centro de terapia ocupacional en Ibiza denominado TOCU, subraya que «esta disciplina sanitaria no se conoce los suficiente» . De hecho, la figura del terapeuta ocupacional no se contempla en ningún servicio público dirigido a la infancia en Ibiza, sólo en algunos recursos públicos para adultos como la Unidad de Salud Mental. A su centro, incluso, recurren profesionales de la administración pública, como médicos o docentes, que ya les conocen y les derivan niños para ser atendidos. «No recibimos ninguna ayuda y las familias lo tienen que asumir», dice. En su opinión, sería importante que en los colegios estuviera contemplada la terapia ocupacional.

Serra atiende en su centro a unos 40 niños. Algunos con diagnóstico, pero otros son los que denomina «niños típicos» que presentan una dificultad puntal en algunas actividades de su vida diaria, como vestirse o comer, con la adquisición de aprendizajes en tareas relacionadas con la escuela, lectura o escritura o en sus relaciones sociales. Para ellos se trabaja con la técnica de la integración sensorial. A través del juego se hace un trabajo interno aprendiendo a organizar su cerebro para que trabaje mejor. «El cerebro no siempre madura de manera correcta», apunta. La información que nuestro cerebro recibe es a través de los sentidos y cómo la percibe, interpreta y organiza determinará la manera de actuar. Cuando un niño tiene dificultades para integrar las sensaciones de forma adecuada se pueden ver afectadas muchas áreas de su desarrollo, lo que ocasiona trastornos», concluye.

LA NOTA

«Muchos padres se encuentran perdidos»

Ana Serra incide en la necesidad de una intervención precoz del niño para atajar las dificultades que se encuentra en su desarrollo. Reconoce que «muchos padres se encuentran perdidos; son pequeños problemas que se van complicando. Nos llegan muchos a terapia más mayores y si hubieran ido antes se hubieran ahorrado muchas preocupaciones». En el centro atienden a niños hasta la adolescencia. Según un estudio de 2010, el 15% de los niños pueden llegar a tener dificultades en el procesamiento sensorial. En opinión de los profesionales de terapia ocupacional, es muy importante la detección temprana para poder trabajar con los niños. «Cuanto antes mejor, eso de ya madurará no siempre funciona».