Un adiós propio de un campeón mundial. La carretera de Santa Eulària convertida en un improvisado circuito de motos para homenajear al número 1, Ángel Nieto, hasta la llegada al Puig de Missa de Santa Eulària. Fue la vibrante y emotiva despedida que centenares de personas rindieron ayer a mediodía en Ibiza al trece veces campeón del mundo de motociclismo.
«Siempre he pensado que mi padre era eterno y al final ... se nos ha ido». Con la voz entrecortada y abrazado a su hermano Gelete, Pablo Nieto expresaba el sentimiento de la familia que se hacía extensivo al de decenas de familiares y amigos, tras finalizar el oficio religioso que abarrotó el templo del municipio que era la casa de Nieto.
El penúltimo tributo a la leyenda del motociclismo había arrancado a las 12 horas en el tanatorio de Ibiza. Los restos mortales de Nieto partían seguido por un séquito de dos coches fúnebres, los vehículos de los familiares y una estela de motos, muchas motos, más de medio millar acompañando a Ángel Nieto en una caravana que llegó a alcanzar los 2 kilómetros y medio.
En el Puig de Missa esperaban parte de la familia. Estaban Belinda y su hijo Hugo, el hermano de Ángel Nieto, su hermana Esperanza, su sobrino Fonsi y su exmujer, Pepa Aguilar.
La espectacular y sonora caravana enfiló la entrada de Santa Eulària minutos antes de las 13 horas. El rugir de los motores y los sonidos de claxons anunciaban la llegada del campeón y los familiares salieron al mirador del Puig de Missa para recibir al séquito que iba custodiado por un dispositivo de la Guardia Civil. La llegada al Puig de Missa arrancaba las primeras ovaciones de los presentes. Hugo y su primo Fonsi Nieto salían a recibir a Gelete y Pablo, mientras decenas de motos pasaban rindiendo tributo a los restos del trece veces campeón del mundo.
La emoción era máxima y los tres hermanos se fundían en un abrazo eterno. Después, Gelete, Pablo y Hugo agradecieron el calor de los centenares de motos que durante más de diez minutos circularon ante el ferétro de Ángel Nieto.
Las ovaciones se sucedían con el rugir de los motores, los claxons o las banderas y carteles en señal de recuerdo. Tras el paso del último motero y antes de acceder al templo, los tres hermanos agradecieron uno por uno la labor de los agentes de la Guardia Civil y de la Policía Local de Santa Eulària que había custodiado la emotiva caravana.
El párroco Vicent Ribas, vicario general de la diócesis de Ibiza, salía a recibir el ferétro con los restos mortales de Ángel Nieto, la leyenda del motociclismo, el vecino de Santa Eulària. Antes se habían trasladado hasta el templo la fotografía en blanco y negro del campeón y 22 coronas de flores que recordaban al ‘12+1' veces campeón del mundo.
Tras la sentida ceremonia, Gelete y Pablo agradecieron una vez más el «enorme cariño y muestras de apoyo» recibido durante estos días. «Queremos dar las gracias a todos los aficionados de las motos que se están volcando y que nos están mostrando el cariño que le tenían a nuestro padre. Nos están dando mucha fuerza», subrayó Ángel ‘Gelete' Nieto.
«La gente veía a mi padre como un tío transparente, del pueblo, cercano y especial, y eso es lo más importante. Cada vez estoy más fuerte y entero y creo que mi padre estará orgulloso de cómo está saliendo. Ha sido brutal», resaltó Gelete, quien relató que «al salir del tanatorio y ver a la Guardia Civil saludándonos, especialmente a mi padre, se te pone el cuerpo en tensión y lloras de alegría. Ha sido brutal», remarcaba Gelete mientras su hermano Pablo le abrazaba.
«Ha sido increíble. Ayer me llamaron desde el circuito de Chequia y me dijeron que no sólo se ha muerto mi padre, sino que se ha muerto el padre de todos», apuntaba Pablo segundos antes de romper a llorar. «Siempre he pensado que mi padre era eterno y al final ... se nos ha ido», apostilló Pablo Nieto.
LA NOTA
Leyendas y cenizas
«Ha sido brutal pero habrá más homenajes», apuntó Gelete Nieto tras finalizar el funeral celebrado por su padre en el Puig de Missa de Santa Eulària. Desde allí, los restos mortales de Ángel Nieto se trasladaron al crematorio de Santa Eulària para ser incinerados y hoy está previsto que la familia arroje parte de sus cenizas en aguas de las Pitiusas. Los homenajes al expiloto se suceden y el recuerdo al campeón fallecido se tradujo con una leyenda en el punto donde se produjo el accidente mortal y en la que se podía leer: «12+1, gracias por todo».
1 comentario
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En realidad no se nos ha ido... se nos lo han llevado por delante, pobre. Que descanse en paz.