Según explicó ayer a este periódico Christian Len, responsable de comunicación de la fundación, «la respuesta de la sociedad ibicenca ha sido tremenda» aunque también reconoció haber tenido que hacer frente «a algunas suspicacias» por parte sobre todo de asociaciones locales. Algo a lo que Len prefirió no dar importancia pidiendo públicamente un apoyo unánime a la iniciativa. «Son críticas totalmente injustificadas porque al final todos tenemos que estar unidos por algo mucho más grande que los propios seres humanos, el mar y el agua, porque sin ellos no tendremos nada y no existiríamos».
Tal vez por ello, todo lo que se montó ayer por la mañana en el agroturismo estaba destinado directamente a concienciar al visitante. Nada más entrar, y pasando la zona infantil en la que había juegos para niños con el medioambiente y el oceáno como protagonistas, unas sorprendentes esculturas daban la bienvenida al festival. Eran un caballo de mar, un mapa del mundo basura, una ola, una manta raya o un pingüino realizadas por el equipo de Jorge Pineda Bruges con materiales reciclados como aluminio, plásticos, mallas metálicas, bidones, bolsas, nylon industrial, anclas, tubos, gomas, cintas de casette o dvds. «El arte es la actividad de las que desarrolla el ser humano que tiene más profundidad de significado y si se hace con intención, amor y materiales muy específicos funciona a la perfección como vehículo para remover las conciencias y hacernos pensar que tenemos que cambiar muchas cosas para mejorar el mundo en el que vivimos».
Por ello, Len destacó las distintas actividades paralelas que se desarrollaron durante toda la jornada. Además de la música, con dj Solomun como cabeza de cartel, hubo conferencias y charlas sobre pesca y alimentación a base de pescado, la contaminación que producen los plásticos, o la conservación en Ibiza. En ellas participaron autoridades en la materia tan importantes como Susan Rockefeller, Manu San Felix, Javier Goyeneche, Petter Malvik, Jo Ruxton, David Katz, Nina Fitgerald, Verónica Núñez o Diana Benito.
«Tenemos que tomar conciencia todos los que vivimos en este planeta de que nuestros mares están en estado crítico, agonizando, y como no tomemos medidas tendremos serios problemas», explicó Len. Una situación que también quedaba reflejada en algunos de los paneles que se podían leer junto a las esculturas y que avisaban, por ejemplo, de que «un tercio de los osos polares desaparecerá en los próximos 40 años» o que estamos muy cerca de ver extinguidas especies como la vaquita marina, considerado el cetáceo más amenazado del mundo.
Tres grandes amenazas
Algo que se debe fundamentalmente a, según explicó el responsable de comunicación de Oceanic Global Foundation, tres factores. El primero, el calentamiento global, «que ha provocado que la temperatura del mar haya subido dos grados provocando la muerte de grandes arrefices de coral, peces y otros animales». El segundo el consumo desproporcionado y sin control del pescado y algunas técnicas de pesca. «Somos demasiados en la tierra y al consumir tantas cantidades y emplear técnicas como el arrastre, que se lleva por delante todo lo que encuentra, ponemos en peligro muchas especies que no tienen el tiempo necesario para reproducirse». Y finalmente, la tercera amenaza son los plásticos. Tal y como aseguró en este periódico el miércoles Craig Lesson, director del documental A plastic ocean, cada año vertimos al mar ocho millones de toneladas de este material y por eso, Christian Len, aseguró que «todo pasa por la concienciación, la explicación y porque la gente sepa que lo está haciendo mal y que hay soluciones para mejorar lo que estamos dejando a nuestros hijos».
En este sentido, desde Oceanic Global Foundation también se llamó la atención sobre la situación de la posidonia, fundamental en el ecosistema pitiuso. Len cree que los destrozos que realizan muchos de los yates que anclan en nuestras costas se deben a que no saben que tienen debajo de ellos un bien declarado Patrimonio de la Humanidad y que como tal hay que cuidarlo y respetarlo. «Me niego a creer que el ser humano es tan malo que deja su embarcación con intención sobre la posidonia para, luego cuando recoge el ancla, arrancarla. Creo que es más un problema de desconocimiento y por eso creo que eventos como este Oceanic Ibiza Festival son fundamentales», concluyó.
¿Qué harías tú con los océanos?
En el agroturismo se habilitó una zona con una red y una madera donde se podían colgar postales para que todos los asistentes pudieran explicar lo que harían con los oceános y los mares. La intención era aportar entre todos soluciones o compromisos.
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