Cargado con una mochila, tres euros en el bolsillo y, eso sí, con un objetivo claro: «Quiero empezar mi nueva vida en Eivissa». Con este equipaje aterrizó hace una semana en la isla Driss Dambar, el segundo saharaui del territorio ocupado reconocido como refugiado político.
«Eivissa es una tierra de oportunidades. Soy economista, tengo idiomas (Driss habla inglés, francés, español y árabe) y, lo más importante, ganas de aprender y empezar una nueva vida con un trabajo digno», señaló al PERIÓDICO de IBIZA Y FORMENTERA este saharaui de 37 años, un hombre que lucha por la libertad y la justicia para su pueblo y su familia. A la isla llegó después de un periplo que le llevó desde las Canarias a Bélgica, de allí a Madrid y, posteriormente, a Torrelavega, Cantabria. La semana pasada compró un billete de avión, «un tíquet para un sueño. Busco una vida en libertad y progresar por mis méritos. Luchar por mis derechos, unos derechos que las autoridades marroquíes robaron al pueblo saharaui. Me quitaron el derecho al trabajo pero lo peor fue quitarle el derecho más sagrado a mi hermano, el derecho a vivir», apostilla emocionado Driss, quien siempre tiene muy presente la causa de su hermano Said Dambar. Pasado mañana, día 22, se cumplen 67 meses del asesinato de su hermano. «Said tenía 26 años cuando un policía le disparó un tiro en la cabeza». A sus 37 años, Driss quiere empezar una nueva vida pero sin renunciar a la posibilidad de volver algún día a El Aaiún, su tierra, su casa.
Nada más llegar a Vila, Driss se dirigió a Cáritas. Le ofrecieron la posibilidad de comer y aseo pero no quedaba ningún hueco para pasar la noche. Dirigió sus pasos hacia la sede de Cruz Roja y al pasar por delante del Consell observó la pancarta que reza: Welcome Refugees. Presentó sus papeles de refugiado pero «no sabían donde derivarme». De allí marchó al Soib. «Toqué todas las puertas y después de dos noches durmiendo en la calle, llegó la llamada de Víctor, mi ángel de la guarda». Driss se refiere a Víctor Zas, vocal de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de Eivissa y Formentera. Víctor abrió las puertas de su casa a Driss. «La casa donde vivo con mi hijo será su casa hasta que él quiera», apunta Víctor, quien está en contacto con un círculo de amigos para encontrar un trabajo a Dambar, una posibilidad que está en puertas en una empresa de Sant Antoni.
«No me gusta la vía de la ayuda, de la renta básica, creo en el trabajo y en mi valía. Soy de un pueblo luchador y no me rindo», subrayó Driss.
El cruce de caminos de estos dos hombres es un «regalo divino» para Driss, «una casualidad» para Víctor.
«Driss es un personaje que se le ha escapado al mundo», apuntó Víctor, quien vive y disfruta al máximo estos días de convivencia con un hombre salido de Gdeim Izik, el campamento donde surgió la protesta que dio pie a las primaveras árabes. El 8 de noviembre de 2010, el ejército y la policía marroquís desmantelaron violentamente el campamento. Un mes y medio después, un policía asesinaba a su hermano pequeño. «Mi padre falleció sin saber qué había pasado con su hijo ni dónde está enterrado. Queremos libertad y justicia por nuestras familias», subraya este refugiado que ha visto en Eivissa una tierra de oportunidades.
4 comentarios
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Driss deja muy claro que lo que quiere es trabajar y poder vivir de su esfuerzo, preparación y ganas no le falta por tanto el comentario de Jgb es ofensivo y fuera de lugar con una persona que además el estado español les debe una explicación y ayuda por lo que en su tiempo hicieron con el pueblo saharaui, como no lo han echo los ciudadanos y ciudadanas de este país si que lo llevan haciendo desde hace mucho tiempo, y la prueba es Víctor.
Otro mas para mantener con el dinero de todos.
@Alderaan: Tienes toda la razón del mundo. Son muchos los ciudadanos saharauis vivos que todavía conservan el D.N.I. español como recuerdo. Unos ciudadanos de una provincia española que tenían representacion parlamentaria el las cortes del General Franco. La ocupación del Sahara por parte del genocida Hassan II coincidio con la larga enfermedad y posterior muerte del propio General Franco y los gobierno pre y post democritos españoles prefirieron tener democracia en España antes que defender al pueblo saharaui. Los primeros gobiernos del Rey Juan Carlos I firmaron el traspaso y cesion del Sahara a Marruecos y Mauritania, con esta cesión se podría inciar en nuestro país el proceso democratico. Mi familia ha estado muchos años viviendo en la antigua VILLACISNEROS y todavía conservamos las escrituras de los terrenos que entoces teniamos en propiedad y que hoy en dia no nos sirven de nada. El Sahara forma parte del recuerdo de España, y es precisamente España quien tiene una deuda de gratitud y perdón hacia la nacion saharaui.
Para eterna vergüenza del estado español, el drama del Sahara Occidental, nos viene a tocar a la puerta. Jamás el estado español, tendría que haber abandonado esas tierras ni dejar a su suerte a esas gentes, que eran compatriotas nuestros. El Sahara Occidental ostentaba el rango de provincia española, y sus habitantes perdieron la nacionalidad de un día para el otro. Si no lo hubiese hecho, a día de hoy, podrían haber pasado dos cosas: una, que hubiesen querido seguir siendo españoles e integrados en la Unión Europea, y dos, que hubiesen querido la independencia y hoy fuesen un Estado amigo. Y ello, porque legalmente, había base para entender que era una colonia española. Así lo sigue entendiendo la ONU. España, como administración colonizadora, tenía una responsabilidad que eludió. Dando un ejemplo al mundo, de cómo no se debe de hacer una descolonización. Marruecos, sigue hoy chantajeando a España. El otro día decía que si no había acuerdo de pesca, “podría haber un aumento de la inmigración ilegal”, por no hablar de la relajación en la permisividad de elementos fanáticos. El estado español, sigue hincando la rodilla ante Marruecos, que reclama abiertamente: Ceuta, Melilla y las Canarias.