«Si no te enteras de nada, qué estás haciendo aquí. ¡Vete para tu puto país!. ¿Tú sabes quién soy?». Son algunas de las expresiones por las que ayer fue denunciado el diputado autonómico del PSOE Enric Casanova, tras mantener una acalorada disputa con la propietaria de la cafetería Can Ady de Vila.

La joven, de nacionalidad rumana, explicó al PERIÓDICO de IBIZA Y FORMENTERA que «fue un episodio muy desagradable». «He sentido una vergüenza increíble y mucha impotencia. Demasiada corbata para tan poca educación», apuntó la denunciante, que lleva diez años en Eivissa y se «defiende en catalán». «Todos los días habló con la gente que viene del Consell y nunca he tenido una queja».

Por su parte, Casanova desmintió «categóricamente» las acusaciones y subrayó que «nunca me expresaría en esos términos. Fue ella la que se dirigió a mi diciéndome ‘hijo de puta, racista, independentista y maleducado'». Es más, Casanova apuntó que la denunciante le rompió la bolsa.

La denuncia

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Los hechos denunciados se desencadenaron en torno a las 11.30 horas de ayer cuando Casanova solicitó un té con limón a una camarera. El diputado socialista se dirigió en catalán a la joven de origen manchego que dijo «no entender bien lo que pedía». Ante esta tesitura, medió la propietaria. Según la versión de la denunciante, Casanova insistió (en catalán) pidiendo un té y que en el sobre pusiera «té con limón». La denunciante dice que éste era el matiz que no entendía y que se puso muy nerviosa.

El tono se fue elevando y en ese momento el diputado habría espetado: «Ya que no te enteras de lo del sobre, ponme el hielo por lo menos».

Según consta en la denuncia, la mujer le puso el hielo y, a partir de ahí, Casanova continuó elevando el tono con un «si no te enteras de nada, qué estás haciendo aquí. Vete a tu puto país». Ante esta situación, la denunciante retiró la consumición de la barra y convidó a Casanova abandonar el local. «Nunca había hecho uso del derecho de admisión pero no podía tolerar más. Le he dicho racista, pero porque no podía tolerar que me insultase en mi propio local», señaló la propietaria del Can Ady.

La trifulca se prolongó por espacio de dos horas y en el establecimiento se personó una patrulla de la Policía Local. Por su parte, el parlamentario autonómico explicó que ante las formas de la mujer solicitó una hoja de reclamaciones de Consumo y la presencia de la Policía Local. La denunciante aseguró que «teme algún tipo de represalia» por parte del político, quien habría mantenido una actitud «chulesca, desafiante y racista».