La delegación de Sant Josep proseguirá con estos informes a lo largo de las próximas semanas «para ver si hay que tomar alguna medida específica y ver cómo evoluciona el tema hasta que empiece la temporada», indicó ayer el coordinador de la brigada municipal, Pep Tur, quien advirtió de que «la población de medusas es espectacular».
«No habíamos visto tantas medusas a estas alturas. Desde hace unos años se avistan más, pero antes del calor fuerte no se veían cantidades tan elevadas. Esa foto de es Vedrà [publicada el pasado sábado en este periódico] parecía un campo empedrado. En otras calas había trozos que parecía que se podía andar por encima. No sé donde iremos a parar este verano si llega la temporada y hay una invasión de medusas así», sostiene el jefe de la agrupación de Protección Civil de Sant Josep.
Desde la delegación municipal conminan al ayuntamiento a que retire las medusas inertes de las orillas de playas como Cala d'Hort, Cala Carbó, Cala Molí o Cala Vedella, «porque el olor que crean es muy desagradable» y por el «riesgo» que tiene para los bañistas tocar sus filamentos.
«No está muy claro que haya una solución eficaz», admite Pep Tur, quien recuerda que Protección Civil no tiene «la varita mágica» para hacer frente a este fenómeno, pero sostiene que si el problema adquiere «cierta magnitud, algo habrá que hacer» porque Eivissa, apunta, «vive del turismo».
El concejal de Alternativa Insular en Sant Josep y voluntario de Protección Civil, Vicent Torres, reconoció ayer que el volumen de medusas que han llegado a las playas de Poniente «impresiona un poco». Como Pep Tur, indica que «es muy complicado aplicar medidas» aunque cree que si la situación continúa en temporada alta «quizás haya que tomar alguna».
Medidas
Expertos como la coordinadora del Centro de Recuperación de Especies Marinas (CREM) de Sant Antoni, Verónica Núñez, o el técnico de Medi Ambient en el Consell Insular, Jaume Estarellas, descartan la utilización de redes como medida contra la invasión de medusas (como se ha hecho en Cala Vedella los dos últimos años) porque impide que el agua se renueve y provoca que las medusas se fragmenten al chocar contra las mallas, liberando multitud de filamentos que son los que producen irritación y urticaria.
Además de apuntar como motivos de la proliferación de medusas el calentamiento de las aguas y el descenso de la población de depredadores (atún, tortuga o pez luna), Núñez y Estarellas coinciden en que la contaminación orgánica de nuestras aguas por el mal funcionamiento de las depuradoras y los vertidos de aguas negras por parte de las embarcaciones son un caldo de cultivo para esta especie.
2 comentarios
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....... la naturaleza...."siempre" pasara la factura.....
El turista, aparte de pagar los excesivos precios de esta isla en alquiler, combustible, comida, etc.. encima no van a ni baňarse agusto en las playas, por miedo a ser picado por medusas. Siempre nos quedará el colocón de las discotecas por la noche, donde tambien seremos picados por alguien jaja