Los vecinos y comerciantes de la zona reclaman que no se posponga más la construcción del nuevo edificio de es Martell. Foto: D. ESPINOSA

La Asociación de Vecinos y Comerciantes del Puerto emitieron ayer un duro comunicado en el que exigen a Guanyem, socio de gobierno del PSOE en Vila y cuya asamblea decidió abstenerse de posicionarse a favor o en contra del nuevo edificio en es Martell a falta de recibir más información, que no pongan «palos en las ruedas de forma gratuita siguiendo la ley del ‘de qué se trata, que me opongo'», al tiempo que les invitaron a tener una reunión «para que nos escuchen, como han hecho los demás grupos políticos, para exponer y debatir los puntos de vista de quienes vivimos en el puerto».

En el escrito, además, ruegan «a los señores de Guanyem que nos escuchen y que estén atentos a que los contratos que se firman con la APB no atentan contra los intereses de los vecinos y comerciantes».

Desde la asociación explicaron que a raíz de la decisión de Guanyem de abstenerse en la votación sobre es Martell, «los vecinos y comerciantes del puerto de Eivissa nos encontramos de nuevo en la indefinición que supone la paralización del proyecto una vez que suponíamos haber llegado al acuerdo definitivo entre las partes implicadas». En este sentido recuerdan que, una vez que parecía que se había conseguido el consenso político sobre el futuro de la zona y la continuación de la reforma, «esta nueva interferencia sin argumentación sólida a la culminación del proyecto de adeucación del muelle sur sume de nuevo al vecindario y a los comerciantes en la incertidumbre respecto al futuro de nuestro barrio».

Este nuevo giro en el futuro de la zona portuaria les provoca temor: «Muchos ya estamos temerosos de volver a perder varios meses de trabajo como en la pasada temporada por el retraso de la ejecución de la obra». Por reclaman y apelan «al sentido común de los políticos cuya obligación es escuchar a los ciudadanos y les exigimos que velen por nuestros intereses, que se resumen en la intención y el propósito de revitalizar de una vez por todas un barrio en el que los vecinos son ninguneados sistemáticamente por las instituciones, que con todo respeto parecen no tener una idea definida del lugar en cuestión, que es utilizado como elemento de confrontación política bajo la que subyacen oscuros intereses económicos y electorales».