Marcos del Ojo Barroso. Seguro que a muchos este nombre les deja indiferente. Sin embargo, si les decimos que detrás está ‘El Canijo de Jerez', la cosa cambia. Nacido el 27 de junio de 1982 en esta ciudad gaditana, con 15 años formó junto a su mejor amigo de la infancia, Miguel Ángel Benítez Gómez, Los Delinqüentes, una de las bandas míticas del panorama español. Editaron tres discos, El sentimiento garrapatero que nos traen las flores (2001), que se convirtió en disco de oro con más de 50.000 copias vendidas, Arquitectura del aire en la calle (2003) y El verde rebelde (2014) en homenaje a Benítez fallecido ese año con sólo 21 años. En 2012 se lanza en solitario con El nuevo despertar de la farándula cósmica, que recibió el premio al mejor álbum de músicas del mundo en los Premios de la Música Independiente y en 2014 a través del crowdfunding consigue grabar de su segundo disco llamado La Lengua chivata. Ahora, y tras fundar Los Fumadores Galácticos llega mañana, a partir de las 22.00 horas, a Las Dalias para ofrecer uno de sus tradicionales conciertos llenos de energía y buenas vibraciones.
—Lleva casi quince años de letras y tonadas muy características ¿Cómo se hace para estar tanto tiempo al pie del cañón sin cambiar lo más mínimo?
—Intento escribir letras de alegría, humor y mezclarlos con temas más profundos y nostálgicos como por ejemplo mi ultimo disco La Lengua chivata. El secreto es ser sincero con uno mismo y adaptarse a las diferentes situaciones que se te presentan en la vida. Sin trampa ni cartón.
—¿Cómo ha evolucionado desde su orígenes con Los Delinqüentes?
— La evolución es buena, no me considero un artista estancado. Siempre estoy dándole vueltas a alguna canción o metido en algún proyecto nuevo. Supongo que como todo el mundo me voy haciendo mayor y eso me hace conocer y aprender nuevas cosas que después utilizo en mi música, desde un instrumento nuevo hasta sensaciones y situaciones nuevas.
—Su separación del grupo fue muy sonada... ¿por qué lo hizo?
—Después de tantos años juntos nos apetecía un cambio y probar nuevas aventuras para seguir creando.
—¿Volverán algún día?
—El tiempo lo dirá, ahora estoy sumergido con mi trabajo en solitario pero estaría bien juntarse de vez en cuando y tocar con los viejos amigos.
—¿Qué queda de los Delinqüentes en Los Fumadores Galácticos?
—Los Fumadores Galácticos es la banda que me acompaña en los discos y en directo y al igual que Los Delinqüentes son muy ‘garrapateros' de sonido y actitud.
—¿Qué significa ser farandulero? ¿Y garrapatero?
—Farandulero y ‘garrapatero' podría ser lo mismo, da igual la etiqueta. Son sentimientos y formas de pensar. Significa libre, bohemio, flamenco, rockero, callejero, hippie... Da igual, lo importante es sentirlo.
—Usted es muy jerezano, muy particular... siempre ha ido de mochilero ¿le gusta el lujo hacia el que va Eivissa?
—No mucho, pero no solo hay lujo en Eivissa. Conozco mucha gente garrapatera y mochilera en la isla y también lugares con mucho encanto. Es más, ¡¡me encanta la Eivissa ‘garrapatera'!!
—Usted siempre defendió el arte de tocar en la calle. ¿se está perdiendo esto?
—Siempre que haya algún gobierno poniendo impedimentos la música callejera correrá peligro, pero no creo que desaparezca. Los músicos callejeros siempre acabamos saliendo adelante.
—¿Cómo ve la situación actual de la música?
— Mal por culpa de la crisis que azota el país, ya que es muy difícil salir a tocar y defender un proyecto teniendo que pagar el 21% de IVA. Al final las cuentas no salen. Y si además a esto le sumas el cierre de salas y locales de ensayo todo se pone más difícil. Aún así, hay mucha calidad de grupos y estamos en un buen momento de creatividad colectiva. Será que la crisis agudiza el ingenio.
—¿Y que le diría a los jóvenes que les dicen a sus madres que quieren ser ‘garrapateros'?
—Que nunca dejen de ser ‘garrapateros' porque es un estilo de vida que te hace sentir libre aunque tengas 80 años.
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