La iniciativa consistía en seleccionar a un grupo de vividores que fuesen mayores de cincuenta años para que disfrutaran esta escapada sin inhibiciones. Dicho y hecho. Con su pulsera, todos ellos, no pararon de bailar al ritmo cardíaco que marcaban los disc jokeys de los escenarios de la discoteca Pacha Ibiza y una boat party.
«Lo que queríamos era mostrar que estas personas, todos ellos usuarios de prótesis dentales, tienen ahora una confianza y libertad renovadas y que pueden disfrutar de la vida a tope sin dejar de hacer las cosas que les gustan, como reír, bailar o comer», resumió Eva Díaz, portavoz de la marca promotora de la iniciativa.
Para poder participar en este original viaje los interesados tenían que mandar unos vídeos a la web www.coregaviveatope.com, y finalmente, únicamente sólo 25 fueron los afortunados que pudieron disfrutar de esta prueba de actitud juvenil.
Dicha prueba comenzó nada más llegar al aeropuerto de Eivissa. Allí, vestidos al «más puro estilo ibicenco y con unas maracas en mano» empezó su fiesta, de la que estaban avisados aunque sin conocer que discotecas, barcos o establecimientos iban a visitar. «Ha sido increíble, no me lo había pasado tan bien en décadas», resumió, Juan, comercial madrileño de 55 años que acudió a la isla en compañía de su amigo Juan, con el que se lo pasó «como un enano». Tal es así, que después de la experiencia, decidió quedarse unos días más «porque nos ha sabido a poco».
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