Casi un centenar de niños y niñas disfrutaron de la Mini Flower, a pesar de la lluviosa mañana. Foto: TONI ESCOBAR

La mañana despuntó ayer sábado en Sant Josep un tanto desapacible y con un cielo pálido, nuboso, que hacía presagiar precipitaciones. Pero ni siquiera esa latente inestabilidad en forma de tímidas gotas supuso inconveniente alguno para que muchas familias se divirtiesen participando en la Fiesta Mini Flower. Un evento organizado por el ayuntamiento dentro de las fiestas patronales del municipio, que congregó a casi un centenar de niños y niñas de todas las edades, ataviados, como no podía ser de otra forma, con llamativos y coloridos disfraces de aires retros.

Algunos jugaban y corrían, de aquí para allá, entreteniéndose cada cual a su manera, según la edad y el carácter propio de cada uno. Otros esperaban turno pacientemente junto a sus progenitores para ser maquillados al más puro estilo Flower, instantes antes de que diese comienzo la actuación del popular Piruleto. Una actuación que, precavidamente, se llevó bajo techo, aprovechando el voladizo de la entrada de la iglesia.

La sesión festiva contó con juegos, magia, concursos y sorpresas, y los más pequeños de la familia, se sintieron cómplices y protagonistas, coreando y acompañando con sus manos, los bailes y canciones que les propusieron. Un repertorio en el que no faltaron los acordes de la pegadiza ‘Yellow Submarine’, compuesta por Los Beatles

Hubo adultos, hay que destacar, que también entonaron debidamente en la fiesta, gracias a sus floridas indumentarias. Es el caso de Mónica Martínez, vecina de Sant Josep, que acompañada de su hijo, de 6 años de edad, comentó que "venimos cada año porque está muy bien y los niños se lo pasan estupendamente. Mi hijo aquí se encuentra con otros niños del pueblo y del colegio y además, le gusta mucho bailar". Hecho que reconoció, asintiendo al instante, el propio interesado, un despierto Bruno, que aseguró que "lo que más me divierte es bailar y cuando viene lo de la magia. Y me gusta mucho la música del Patito Pío".

Jessica Rodríguez, con una hija de 12 años y con un pequeño bebé de tan sólo un año de edad en los brazos, afirmó que "la mayor está ahí delante cantando y bailando. Al pequeño, como ves, le atrae mucho el movimiento y los sonidos de la gente. Estas actividades están muy bien, sobre todo ahora en invierno, aunque faltan más".

En ese momento apareció la lluvia de forma más persistente. Aunque se mantuvo la algarabía y la fiesta durante un buen rato, el chubasco acabó desluciendo un poco el fin de fiesta, porque muchos de los presentes cambiaron de aires para resguardarse, y porque obligó a los alumnos de sexto curso del C.P. l´Urgell a proteger los puestos del mercadillo, instalado en la plaza para recaudar fondos y poder realizar el viaje de fin de estudios.

No obstante, los más pequeños de la casa encontraron en ese intervalo, tiempo más que suficiente para dar rienda suelta a todas sus energías, dispuestos a repetir experiencia de nuevo en la próxima ocasión.