«Estaremos muy vigilantes y atentos a lo que pueda suceder en Talamanca esta temporada. Nos vamos a preocupar por tener nuestras propias analíticas de agua para saber si realmente el agua de la playa es apta para el año porque vecinos y empresarios de la zona nos sentimos responsables de de la salud pública de residentes y turistas y pienso que se nos debería apoyar cien por cien en nuestras reivindicaciones. Haremos un control propio del agua y la periodicidad de los análisis la decidiremos en la asamblea de este viernes», precisó Riera.
Cabe recordar que el pasado día 27 se celebró una reunión en el Ayuntamiento en la que el Govern reiteró que la solución del emisario pasa por la construcción de la nueva depuradora, que se podría alargar al menos hasta 2018, y que mientras tanto el Ejecutivo autonómico impulsará la protección del actual emisario con un anclaje al fondo marino, así como con un servicio de vigilancia para evitar fondeos sobre el mismo. Por su parte, Vila balizará ambos extremos del emisario. La sensación del sector turístico, según explicó el presidente de la patronal hotelera, es que «si esto hubiera pasado en playas tan importantes como Platja de Palma o Cala Major ya se habrían tomado medidas y estaría arreglado; el conseller Company nos dijo que las medidas serían las mismas tanto en Eivissa como en Mallorca. A mí personalmente me cuesta creerlo». En este sentido Riera afirmó que es «una vergüenza que la posidonia forme parte del Patrimonio de la Humanidad y se esté atentando contra ella con los fondeos ilegales en la bahía».
Riera afirmó que de momento esta problemática no está afectando a las reservas y a la vida comercial de la zona de Talamanca. En cuanto a la denuncia al Govern por delito medioambiental, la asamblea decidirá este viernes si sigue adelante o no.
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