«Aquí somos cuatro gatos pelados pero sobrevivimos, de momento», dice Juanjo Cardona, uno de los dos pescaderos del mercado. Hace 22 años que regenta su puesto de la planta baja, donde ofrece pescado local y fresco. «Las barcas grandes entran cada tarde sobre las 4 y media y los llauts pequeños van llegando durante todo el día», cuenta. Excepto sardinas, boquerones y algún producto de piscifactoría, todo el pescado que ofrecen procede de la cofradía de pescadores de Sant Antoni: araña, rata, rotja, mero, sepia, pulpo, gerret, salmonete, rape y de vez en cuando, algún pajel y algún pargo. También calamar, grande o pequeño que estos días solo llega de arrastre. «Con el mal tiempo y el fuerte viento que ha habido no nos entra calamar de potera, el que pescan los llauts. Aunque la única diferencia con el que pescan las barcas de arrastre es que este último acaba un poco más pelado y golpeado», explica Cardona.
Su compañera de planta baja es Mercedes Calderón. Su puesto de dietética es famoso en todo Sant Antoni. Aquí también se puede comprar producto local como miel, aceite de oliva o huevos. Pero el surtido de este puesto más variado. Cereales, semillas, hierbas, especias, inciensos, perfumería…. Y siempre se trata de productos naturales. En su mostrador también están dispuestos diferentes tipos de leche como la de soja, avellana, arroz, almendra, espelta o alpiste. «Es una leche más sana que la leche de vaca y contiene calcio natural que se asimila mejor», explica Calderón. Finalmente, dedica un importante espacio a la medicina natural: «Después de 30 años tengo mucha experiencia y dar consejos fiables sobre los productos que van a funcionar en caso de dolencia». Los productos estrella estos días son el própolis y la quinácea, ideales para combatir el resfriado y la gripe.
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