Salvo el acto de acabar con el cerdo, que pesaba 120 kilos, y socarrarlo, que se realizó en el matadero por motivos de seguridad, en la matanza de ayer no faltó de nada. Como se hacía antiguamente, cuando era una fiesta en la que participaban varias familias, entre otros pasos se abrió y se troceó completamente el animal y las mujeres retiraron sus vísceras por completo, seleccionando los intestinos y el estómago para limpiarlos perfectamente, y posteriormente empezar a embutir el butifarrón mientras el olor de la fritura de sangre lo invadía todo. Y todo ello, ante la atenta mirada de muchos curiosos que, en ocasiones, no se creían lo que veían, y en otras recordaban con nostalgia los tiempos anteriores a la llegada de la revolución turística.
«Lo que pretendemos principalmente es dar da conocer estas Jornades Gastronómiques del Porc en el que se ofrecen menús, de lunes a viernes, al mediodía y a la noche, al precio de 15 euros, pero también recordar una actividad que era una fiesta en Eivissa hace no tanto tiempo», explicó Vicente Marí, del restaurante Es Pins.
Tal vez por ello, en el acto de la matanza que se celebró durante toda la mañana de ayer participaron al menos dos miembros de cada uno de los diez restaurantes representados en la iniciativa: Celler Can Pere, El Naranjo, Es Farallo, Es Pins Cala Pada, Es Faralló, La Rambla, Lalola, Royalty, Sal Marina y X Tu.
La campaña
Consiste enmenús de 15 euros a base de cerdo que se ofrecen de lunes a viernes al mediodía y a la noche.
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