Pequeños y mayores disfrutaron saltando a la cuerda, jugando a las carpetas o esforzándose al máximo para ver el que era el más fuerte. g Fotos: DANIEL ESPINOSA

La diversión no entiende de barreras ni de edades. Esto es al menos lo que quedó demostrado ayer por la mañana en el Parque de la Paz de Vila al ver como un grupo de mayores de Eivissa enseñaba a los niños de 3º y 4º de Primaria del colegio de Sa Bodega como se jugaba antiguamente en la Isla.

La idea fue posible gracias a una iniciativa conjunta del Llar de Eivissa y del centro educativo para conmemorar el Día Escolar de la No Violencia y la Paz que se celebraba ayer. «Nuestra intención es que nuestros mayores se sientan vivos y útiles y que al mismo tiempo los niños comprendan que la diversión existe mucho más allá de una tablet, un teléfono móvil, una consola o un ordenador», explicaba ayer sobre el terreno Ana Serapio, psicóloga y coordinadora del Programa 3.0 de la Obra Social La Caixa al que pertenecen la mayoría de los participantes.

El resultado fue un intercambio intergeneracional en el que fue difícil saber quien se lo pasó mejor, si los mayores explicando los juegos e incluso animándose a saltar a la cuerda, o los pequeños descubriendo un mundo nuevo en juegos como la ‘palma corrida', ‘la rayuela' o ‘las carpetas'. «Ha sido una experiencia maravillosa porque me ha permitido recordar mi infancia y poder enseñar a los niños de hoy en día que se podía uno divertir únicamente lanzando un tacón de un zapato o moviendo una cuerda para saltar», explicaba Josefa, mientras bromeaba con sus amigas que se había tenido «que aguantar» para no ponerse a saltar.

Ninguno de ellos paró ni un segundo poniendo en entredicho las edades que marcaban sus documentos de identidad. Así, por ejemplo, Nieves y Mercedes explicaban como jugar a ‘las carpetas' (lanzando un tacón de zapato para dar la vuelta a una serie de estampitas dentro de un círculo) o Catina y Nieves daban clase de lo que era el `palma corrida' (se hacen dos equipos, y por turnos hay que salir corriendo detrás del que te da fuerte en la palma de la mano intentando cogerle).

Y viendo luego, como regresaban los alumnos del colegio de Sa Bodega a sus clases, la iniciativa se puede catalogar como de rotundo éxito. Y es que aunque apenas hay unos metros desde el Parque de la Paz al centro había tiempo más que suficiente para que la mayoría fuera gritando aquello de «¡como mola el ‘palma corrida'!» o «¡te he ganado, he sido capaz de dar la vuelta a cuatro estampitas con el tacón y tú ninguna!».