Enric Casanova preside la asociación de familiares y enfermos con trastornos de la conducta alimentaria. | Daniel Espinosa

¿Y ahora qué? Esa es la pregunta que se formularon tres familiares de Eivissa de enfermos de trastornos alimentarios ingresados en Palma que coincidieron en el hall del hospital. De ahí surgió el germen de la Asociación de Familiares y Enfermos con Trastornos de la Conducta Alimentaria de Ibiza y Formentera (Afecta) que preside Enric Casanova Peiró.

—¿Cómo surgió Afecta?

—Hay una serie de gente afectada por este trastorno y el problema que tenemos en Eivissa es que no hay nada. La enfermedad no sólo se ha de tratar con los enfermos sino también con los familiares

—¿Qué trastornos incluye?

—Anorexia, bulimia, ortorexia, vigorexia o embriorexia. Son diferentes trastornos y cada uno de ellos es muy específico. El problema de la enfermedad es que implica a todo el mundo familiar. ¿Qué pasa? Aquí hay muy pocos servicios. Necesitan atención psiquiátrica y psicológica. Normalmente surge en la adolescencia y en la unidad de salud mental infantojuvenil se les atiende pero el problema es que hay que atenderlos muy rápidamente cuando surge pero esto aquí no puede ser porque las citas son eternas y eso complica bastante. Aparte de que se necesitan una serie de profesionales que no hay en Eivissa. En Palma tenemos la Unidad de Trastornos de Conducta Alimentaria en Son Espasses. Cuando te derivan allí, los familiares no saben nada. Te vas un poco a la aventura, no conoces la enfermedad, el proceso es muy largo, dura años, y tienes una sensación de soledad brutal. La finalidad de esta asociación es dar apoyo inicial a las familias, asesoramiento, ver los tipos de trastorno, dónde ir o ayuda a las familias.

—¿Cuántas personas integran Afecta?

—Somos unas 14, pero eso cambia bastante. Esta enfermedad es bastante difícil de asumir por los afectados y poco visible. Hay familias que desaparecen cuando mejoran y vuelven a aparecer cuando empeoran. Puede haber una veintena de afectados. Se detectan entre cuatro o cinco casos de brotes incipientes. A las familias le cuesta entender cómo es el proceso porque es una enfermedad que afecta a todo el ámbito familiar.

—¿Cuándo surgió la asociación?

—Hace tres años. Nos reunimos un grupo de familias para autoayudarnos. Tenemos reuniones quincenales. Aquí no hay establecido en ningún servicio un asesoramiento familiar. Estamos en la Plataforma Sociosanitaria y contamos con el apoyo de la psicóloga. Va muy bien hablar con las familias.

—¿Qué trastorno predomina?

—Anorexia y bulimia.

—¿Qué actividades hacéis?

—Estamos haciendo bastante prevención. Desde hace dos cursos organizamos charlas informativas a los alumnos de tercer y cuarto de ESO de los institutos para que conozcan los distintos tipos de enfermedad y que los profesores conozcan los síntomas, para hacerlo más visible. Muchas veces se confunde la rebeldía del adolescente con un trastorno incipiente. Estamos intentando organizar un seminario para profesores, para detectar y cómo reaccionar en los centros. También informar a los padres de los síntomas porque muchas veces no lo ven.