Turistas esperando en la única parada que aún queda en Isidor Macabich.

Si bien la primera mañana de la nueva estación del Cetis podría haber sido mucho más caótica de lo que fue, tampoco se consideró una jornada normal para los usuarios que habitualmente cogen el bus para moverse. A pesar de tener las líneas de zona azul pintadas en Isidor Macabich, fueron muchos los que acudieron a esta calle para esperar la salida al aeropuerto o a Can Misses. Allí, dos informadoras del Cetis repartían planos y les indicaban que tenían que ir a la nueva estación. Esta información se completaba con unas flechas amarillas en el suelo que más bien pasaron desapercibidas entre los viajeros, pues prácticamente nadie se percató de su existencia. Más extrañados se quedaban los turistas al recibir en sus manos el mapa de la estación y comprobar que, unos metros más adelante, sí que salían buses, por lo que regresaban a Isidor Macabich. E incluso hubo quienes, con mapa en mano y después de haber sido informados de que tenían que ir a las nuevas instalaciones regresaban a Isidor Macabich, de donde realmente salían los autocares a Santa Eulària y Sant Antoni, por ejemplo.

En el extremo opuesto estaban los conductores, en quienes los usuarios que llegaron tarde a trabajar descargaron su ‘rabia’. «Los horarios más o menos se están respetando, pero vamos muy justos y hacemos lo que podemos», explicó uno de estos conductores que cubre la línea con Talamanca. Y es que la estrechez de las instalaciones, según los chóferes, provoca que tengan que ir «con más cuidado» y, por tanto, se pueda retrasar la operativa. Voramar el Gaucho operará hoy de nuevo en solitario, pero queda por ver cómo las empresas que no acudieron a las pruebas (Vilás y Lucas Costa) afrontarán su primer día mañana junto con el resto de buses de las demás compañías. Eso sí, ayer fueron vistos conductores de Vilás en la estación ‘oteando’ las maniobras que tendrán que hacer ellos el viernes por primera vez. También queda por ver cómo funciona el servicio de Discobús, pues si bien los usuarios habituales y residentes tienen paciencia queda por ver cómo reaccionarán los clubbers ansiosos por llegar a sus discotecas favoritas.