Por el momento, la empresa encargada desde hace tres años, Eulen, ha trasladado a sus trabajadores una serie de «condiciones a la baja», según comentaron desde el sindicato USO, que pasan por modificar las vacaciones que ya negociaron el año pasado y obligar a los fijos discontinuos también a que las cojan «a principio o a final de temporada, que es ilegal», explicó José Manuel Bermúdez. Si no aceptan, la empresa prevé ocho despidos.
A la espera
Precisamente, los trabajadores de seguridad privada en el aeropuerto se reunieron el pasado lunes para analizar estas modificaciones que les propone Eulen. «Tiene que salir publicado si habrá o no una nueva empresa que se encargue de la seguridad privada en el aeropuerto, pero por el momento no ha salido nada. No entendemos cómo Eulen quiere negociar unas nuevas condiciones si no sabe si continuarán o no», precisó Bermúdez, quien recalcó que estas modificaciones que quiere introducir la empresa vienen reflejadas en el pliego de condiciones que sacó AENA. Por el momento, los trabajadores esperarán a conocer cuál será la nueva empresa, pero tienen claro que no aceptarán ningún despido: «No quisieron negociar las vacaciones en su momento, que fue el año pasado y ahora las quieren modificar y si no aceptamos dicen que echarán a ocho trabajadores», explicó este representante de USO. Esta empresa tiene alrededor de 60 trabajadores fijos en invierno, cifra que se incrementa hasta los 120 con los fijos discontinuos de verano y hasta los 130 en momentos concretos con la incorporación de los eventuales.
A esto hay que sumar que a nivel nacional la patronal de empresas de seguridad privada quiere negociar un nuevo convenio que pasa por una reducción salarial y un incremento de horas de trabajo.
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