Excepto las pescaderías, que a causa de los temporales no tenían producto fresco para ofrecer, el resto de los comerciantes abrieron ayer al pública en el Mercat Nou. | (c) Sergio G. Canizares

Pocos fueron los comercios que cerraron ayer sus puertas en el centro de Eivissa con letreros que anunciaban su adhesión a la huelga general. El resto prefirió abrir, aunque para vivir una jornada comercial que, por la lluvia y por el paro, tenía más de domingo que de mediados de semana.

Nuevamente, la incidencia del paro en el sector del comercio ha sido minúscula, «menos que en la última huelga». Así lo aseguró el presidente de la Petita i Mitjana Empresa (Pimeef), Joan Tur Ripoll, quien destacó que ha habido «poca incidencia en el comercio y en los polígonos industriales». Estas escasa adhesión fue muy criticada desde el piquete informativo que salió de Vara de Rey a las 10,00 horas y recorrió las principales avenidas instando a los comerciantes a sumarse a la huelga. Éstos, a su paso, cerraban las persianas para evitar la pitada y las críticas de los sindicalistas.

«Poco se puede esperar de empresarios insolidarios y trabajadores inconscientes», se quejó el secretario de organización de Hostelería de UGT, Pepe Pedrido. El representante sindical formó parte del piquete de Vila, el único que prosperó ayer por la mañana, después de que las protestas sindicales de Santa Eulària y Sant Antoni se vieran frustradas por la lluvia.

Así, el piquete de Vila salió de Vara de Rey y recorrió la calle Aragón y la Avenida de España, con paradas en el Mercat Nou, en el Consell, la sede el PP y frente a los bancos, en especial, en el BBVA de esta avenida, al que accedieron unos minutos para protestar contra las entidades financieras. Después se desplazaron al resto de los bancos de la zona, que cerraron rápidamente sus puertas para evitar el acceso de los manifestantes.

De vuelta en el paseo de Vara de Rey, las quejas iban directas al pequeño comercio que ayer abrió puertas y contó con el trabajo de sus empleados. «Te fastidia porque son trabajadores afectados y no se movilizan por nada», insistió Pedrido.

Los empleados se defienden

Entre quienes bajaron su persiana al paso del piquete se encuentra Ania Tur, empleada de una tienda de Avenida de España. «Encuentro que está la cosa muy mal tanto para el comercio como para el trabajador pero gracias a Dios tengo un trabajo y no me la juego», aseguró Tur, quien se mostró a favor de protestar contra los recortes y la crisis actual, pero indicó no es cuestión de «hacerle un feo al empresario» adhiriéndose a la huelga. «¿Dónde están los parados?», preguntó la empleada, quien esperaba ver ayer una mayor movilización por parte de los desempleados de la Isla.

Para responder a esta preguntaba bastaba con desplazarse a la puerta del Servei d'Ocupació de les Illes Balears (SOIB) para encontrarse a decenas de parados esperando su turno de ser atendidos en la oficina de empleo (ver el apunte).

En el Mercat Nou, la imagen de normalidad de la mayoría de los comercios contrastaba con que todos los puestos de pescadería estaban cerrados. El motivo no era la huelga sino que el temporal de los últimos días les había dejado sin producto fresco para poner a la venta.

Entre los comerciantes que sí había abierto al público, Berni, la propietaria de una de las pastelerías, lo dejaba bien claro: «No me puedo ir a la huelga, porque si no trabajo no como». La vendedora se mostró a favor de quejarse «muchísimo» contra los recortes, pero indicó que ya le cuesta hacer caja en el día a día como para ir a la huelga. Más tajante fue su empleada Mónica, que no quiso sumarse al paro porque eligió quedarse al frente del negocio junto a su empleadora. Asimismo, no dudó en criticar a los sindicatos. «Los insolidarios son ellos, que si vas a preguntarles algo te cobran 30 euros o te dicen que te tienes que afiliar. Son tan vividores como los políticos; son todos iguales, solo se acuerdan de Santa Bárbara cuando truena», sentenció la trabajadora.

Los comercios de Vila cerraron persianas para evitar el piquete
No fueron pocos los comercios de Vila que cerraron persianas ayer por la mañana para evitar las pitadas y críticas del piquete informativo formado por los sindicatos convocantes de la huelga, que recorrieron las calles de Eivissa pidiendo a los comercios que se adhieran al paro. El secretario general de UGT, Diego Ruiz, aseguró que es muy difícil valorar el grado de adhesión de los trabajadores ya que los pequeños pueden estar atendidos por sus dueños.

Normalidad en el transporte

Alfonso Ribas, el presidente de la patronal de transporte regular de pasajeros y escolar, Apebus, aseguró ayer que en las empresas de la Isla «no ha habido seguimiento de la huelga».

«Se están desarrollando todos los servicios como otro día cualquiera», indicó el empresario, que aseguró que esta normalidad afecta también al transporte escolar que, sin embargo, sufrirá un paro sectorial mañana «si no hay contestación por parte del Govern de la deuda de 650.000 euros» que mantiene con los empresarios del sector.

Pero ésta, mañana, será otra historia de la crisis.