El director del CRE, Antoni Riera, realizó ayer una explicación pública del estado de la economía local en la sala de Sa Nostra.

La economía de las Pitiüses fue la más dinámica en 2011 del archipiélago balear, la única que ha conseguido por segundo año consecutivo, en plena crisis, mantener el mercado de crecimiento en positivo «pero ese dinamismo debería estar aprovechado más que nunca en transformarse», aseguró ayer el director de Centre Recerca Económica (CRE) de Sa Nostra, en la presentación del Informe Econòmic i Social de les Balears de 2011. De hecho, en las Pitiüses hubo un crecimiento incipiente, una tregua laboral al moderar la pérdida de empleo y se contuvo la destrucción del tejido empresarial. «Pero la estructura productiva y empresarial se basa en un patrón muy tradicional, por lo que es importante que se aproveche este escenario de mayor bonanza y dinamismo para la transformación», puntualizó Antoni Riera, director del CRE.

El Centre de Recerca explica que se trata de una estructura económica, muy estacional, en la que prevalecen los contratos temporales frente a los indefinidos y hay una mano de obra poco cualificada en el mercado laboral. Además, el director del CRE señaló que, «en un contexto en el que las Pitiüses ha conseguido mantener un dinamismo en materia de crecimiento, se sigue perdiendo productividad y bienestar; hay más crecimiento del PIB, pero no lo ha conseguido traducir en renta per cápita, un indicador de bienestar». Para el CRE, «la asignatura pendiente de las Pitiüses vuelve a ser la productividad y el dinamismo está basado en un modelo tradicional que utiliza mano de obra y no otros recursos productivos; la mano de obra es de poca cualificación y de elevada rotación», señalado que «se ha de hacer un esfuerzo «público y privado». Otro dato que muestra la debilidad de la economía de las Pitiüses es el gasto turístico, que se mantiene frente al aumento de turistas. «Es un modelo tradicional que prima la cantidad en contra del gasto por turista», por lo que reiteró la necesidad de un transformación ya que Eivissa «lo tiene más fácil que Mallorca y Menorca, que no están creciendo».

De hecho, el CRE adelantó ayer unos datos del primer semestre de este año en los que se evidencia esta fragilidad de la economía ibicenca. La economía mantiene ese dinamismo, pero, en comparación con 2011, «no habrá tanta diferencia entre Balears y las Pitiüses: la economía crece un 0,6% en este primer semestre, una tasa muy alejada del 1,9% del 2011».

Matriculación

Riera ofreció algunos indicadores, como la matriculación de vehículos, que descendió un 1,5% en 2011 y este año, hasta agosto, un 16%, «un indicador que pone de manifiesto que el dinamismo se está frenando», así como el descenso de pernoctaciones hoteleras, que crecieron un 7,4% en 2011; este año, hasta agosto, ha descendido 3,2 puntos.

La afiliación ha pasado de un 2,4% a 1,1% , hasta agosto. «A partir de ahora, en las Pitiüses se destruirá la ocupación», avanzó el director del Centre de Recerca. Riera subrayó, además, que los proyectos visados de enero a julio de este año han subido un 17,9%, mientras que en todo 2011 hubo un descenso del 55,2%. «Hay ánimo de invertir. El balance de 2011 se traduce en beneficios y se está invirtiendo, pero llama la atención que el sector preferido para invertir es la construcción; se ha de hacer esfuerzos en hacer una inversión más productiva, en equipamientos e instalaciones y, sobre todo, en materia de innovación; son las asignaturas pendientes de las Pitiüses».

Productividad

«La transformación no avanza porque alimentamos un modelo tradicional, pero estamos en condiciones de hacer un salto cualitativo y garantizar el bienestar y la productividad», subrayó el director del CRE. Riera no quiso hacer una valoración de este año, ya que aún queda el último trimestre. «Sin estos datos en una economía tan estacional como ésta no me puedo aventurar a hacer una valoración del primer año», se justificó.

Respecto a cómo puede afectar la reducción de la inversión pública a nuestra economía, Riera opinó que «no necesariamente más dinero público supondrá más productividad y bienestar; dependerá de la utilización que se haga de la inversión pública».