Imagen de archivo de la iglesia de Sant Miquel durante las fiestas de la localidad.

El alcalde de Sant Joan, Antoni Marí Carraca, no puede elegir otro lugar para perderse que su propio municipio: Sant Miquel. «Mi sitio favorito no puede estar en otro lugar que en Sant Miquel, que es donde he nacido y he vivido desde siempre», asegura.

Concretamente, para Carraca, el lugar que mejor representa a su municipio es el Puig de Missa. El político explica que le parece «un lugar muy especial», sobre todo por su «entorno, lleno de pinos y con el mar de fondo», pues considera que se trata de un «paisaje muy ibicenco, que apenas ha cambiado durante todos estos años y que conserva el encanto que siempre ha tenido y que lo ha convertido en un lugar único».

Pero para el regidor del municipio, el Puig de Missa de Sant Miquel no es solamente un lugar bonito que represente la filosofía de la Isla, sino que cuenta con su propia historia: «Se trata de un lugar muy emblemático. Es una de las pocas iglesias fortificadas que tiene la Isla y eso siempre conlleva que haya mucha historia entre sus paredes», explica el alcalde de Sant Joan. La nave central del templo de la localidad se construyó en el siglo XVI y el edificio se amplió aproximadamente unos cien años después con las dos capillas laterales.

Y es que la iglesia de Sant Miquel, situada sobre una pequeña colina que ofrece un bello paisaje rural, es un lugar de paso obligado para todos aquellos que se animen a visitar el pueblo, uno de los más pequeños de toda la Isla, a pesar de ser también turístico.

CÓMO LLEGAR
Municipio: Sant Joan.
La ruta a seguir: Sant Miquel es un pequeño pueblo de Eivissa que, a pesar de atraer al turismo, se ha mantenido bastante igual con el paso de los años. Desde Sant Joan no se tardan más de 10 minutos en llegar por la carretera que comunica ambas localidades. La iglesia se encuentra situada en una pequeña colina, es Puig de Missa.