Hay un serie de signos de alarma que detectan la presencia del asma: dolor torácico, dificultad respiratoria, pitos al respirar o tos de noche o la madrugada. Además, a esto hay que sumar el 80% del asma es de tipo alérgico. «Mucha gente tiene además rinitis alérgica». Ante estos síntomas, Cascales recomienda a la población acudir al médico de atención primaria «para que le haga un estudio y descarte que pueda tener asma bronquial, sobre todo porque hay una predisposición genética que se hereda». De hecho, si en su familia hay antecedentes con asma bronquial tiene muchas posibilidades de padecerlo también.
En el caso de Eivissa, con un clima marítimo y una humedad superior muchas veces al 70%, la mayoría de los asmas alérgicos están relacionados con los ácaros, mientras que en la península predomina la alergia a los polenes.
En cuanto al coste del tratamiento de los asmáticos, dados los recortes sanitarios, Cascales no cree que le puede afectar. «Todos están financiados por el sistema de salud. El problema es que el paciente que detecte que tenga asma vaya a su médico de cabecera a que se lo confirme porque hay unas guías para el control del asma».
Otro problema es que se encuentran es que el 30% de los asmáticos fuman y «muchos no saben que tienen asma». En Can Misses hay una unidad de tabaquismo que atiende los casos más graves. La primera medida de salud que se recomienda a un asmático, si es fumador, que deje el tabaco y un control por su médico de cabecera viendo el grado de gravedad de su asma bronquial. «El asma va a va en aumento ; es una enfermedad de los países civilizados», advierte el especialista. Además, Cascales incide en la presencia del asma en la infancia. «El 50% de los niños están expuestos al humo en el hogar», apostilló.
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